El precario conocido popularmente como La Chanchera, ubicado en los cerros de Concepción Abajo de Alajuelita, tiene sus días contados.
El alcalde de dicho cantón, Modesto Alpízar, aseguró a La Teja que en este mes comenzará el desalojo de los 184 ranchos que se han instalando desde el 2017 en Monte Alto, lo que ha significado la deforestación de gran parte de las montañas de ese lugar.
Alpízar aseguró que el desalojo no se realizó en diciembre porque no era una época muy agradable para ejecutar la acción contra las 500 personas que viven en ese lugar, especialmente los 214 niños que fueron reportados en el censo que se realizó en dicha zona.
“El caso ya está en la Comisión de Desalojos de Casa Presidencial, hemos tenido varias reuniones en estos días. El desalojo se realizará de forma paulatina, para que las instituciones involucradas puedan darle atención a estos niños”, aseguró el alcalde alajueliteño, sin especificar una fecha de enero.
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Muchas quejas
Miembros del Comité de Desarrollo de barrio Vista San José, de Concepción Abajo, interpusieron un recurso de amparo en 2017 exigiendo acciones por parte de la municipalidad, ya que aseguran ser víctimas de inundaciones a raíz de la basura y las aguas negras que generan estos ranchos.
También se quejan por la inseguridad y la contaminación de los mantos acuíferos, además de la deforestación.
En dicho recurso se indica que los lotes en esas propiedades se vendían a ¢500.000 y que las personas se metían a altas horas de la noche para intentar no ser vistas.
“Este precario ha violentado nuestro ambiente sano y equilibrado, ya que es un lugar rico en biodiversidad. Las casas no cuentan con luz ni electricidad, tampoco cuentan con la adecuada evacuación de aguas negras”, indicaron los vecinos, quienes prefirieron hablar de forma anónima por su seguridad.
Alpízar, por su parte, indicó que a partir de febrero comenzará a operar un vivero donde sembrarán especies nativas, que servirán para reforestar esa área una vez desalojada.
“Tenemos un informe de la Comisión Nacional de Emergencias que dice que en esos cerros no se puede construir, ahí no puede vivir nadie. Un desalojo no es algo que nos agrade, pero se debe hacer porque de lo contrario esas familias estarán expuestas a algún evento que nadie quiere afrontar”, indicó el alcalde.
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Alpízar, además, contó que la gente desalojada del precario el Triángulo de Solidaridad, en Calle Blancos, no logró invadir ese sitio ya que los ranchos que lograron levantar fueron destruidos a tiempo por las denuncias presentadas.
No obstante, los vecinos aseguran que los fines de semana se siguen viendo camiones jalando materiales y muebles.
Saben que puede pasar
Precisamente en aquella oportunidad, cuando se intentaron dar algunas invasiones (julio del 2019), La Teja pudo conversar con varios habitantes del precario La Chanchera sobre la posibilidad del desalojo.
“Uno sabe que cuando invade, desde el primer día está en riesgo de un desalojo, yo soy tico y lo sé. Pero uno lo hace por necesidad, por la falta de trabajo.
"Si este terrenito nadie lo ocupa, lo podemos ocupar para un techito donde no nos mojamos ni nos asoleamos y vivimos pacíficamente. Pero le reitero, nadie está preparado para un desalojo”, aseguró Minor Fuentes, quien es constructor.
“Aquí todos estamos con la fe en Dios, no tenemos fe en el hombre. Si estamos aquí, luchamos, sembramos, que se haga la voluntad de Dios y se sienta dichoso el que tiene su casa, tiene agua, porque nosotros usamos agua de una naciente. Yo tengo 38 años de vivir en este país, si nos llega a sacar, el Gobierno nos debe reubicar”, indicó otra de las vecinas, quien no nos brindó su nombre.
Solo siembra
Debido al nuevo plan regulador, estos cerros solo podrán ser utilizados como zona forestal, con un proyecto de siembra, nada que tenga que ver con viviendas.
Los terrenos perteneces a dos sociedades anónimas, aparentemente de costarricenses.
El alcalde aseguró que los dueños del terreno deberán comprometerse a cercar y brindar seguridad para evitar una nueva invasión.