Luis Ríos y su esposa Francini Jiménez son una pareja joven que con tan solo dos meses de haber abierto su pizzería demostraron que tienen un corazón de oro.
Ellos se fueron la madrugada de este viernes 27 de setiembre, a las 12:12 de la noche, según la señora que registró el momento con una foto, a la sala de espera de Emergencias del Hospital San Juan de Dios para llevarles tres pizzas (48 pedazos) a quienes estaban esperando que atendieran a sus familiares.
Luis pidió permiso a los guardas del centro médico ubicado en el centro de Chepe, para ingresar y hacer el anuncio. Los oficiales le dijeron que sí, solo que debía hacerlo afuera, para mantener el orden de la sala.
“Soy dueño de una pizzería, y traigo unas pizzas para compartir con los acompañantes de los pacientes para que la espera no se haga tan dura. Si gustan pueden venir a mi carro para compartir con ustedes”, dijo Luis, según contó la señora que compartió esta historia en la página de Facebook “Soy de Costa Rica”.
Sabe lo que se siente
Pero, ¿por qué le dio por hacer esto? Según nos contó el pulseador alajueliteño, el año anterior tuvieron que acudir a Emergencias del San Juan de Dios un montón de veces por unas crisis que le daban a su esposa porque tenía piedras en la vesícula.
“En la época en la que le daban las crisis a ella, íbamos a emergencias dos a tres veces por semana, al punto que la enfermera que tomaba los signos ya nos reconocía y nos decía, ¿ustedes otra vez por aquí? ¡Qué pecado!”, recordó Luis.
A Francini la operaron en enero de esas piedras y santo remedio, ahora una vez recuperada, fue ella la que le prepuso a su esposo tener este noble gesto.
“Nosotros sabemos muy bien lo que es estar ahí esperando con hambre por varias horas y el frío que pega en ese lugar en las madrugadas.
"Además, aunque sí es cierto que hay personas sin recursos para comprarse algo mientras esperan, también a esas horas, aunque usted tenga plata, no hay ningún lugar abierto dónde conseguir comida, por eso, decidimos llegar a esa hora”, explico el padre de dos niñas.
Ellos mismos son los que preparan el sabor de modo muy casero, de ahí el nombre de su negocio “Artesanos pizza”.
Este jueves, después de cerrar el negocito a las 11 de la noche, prepararon tres pizzas grandes de jamón y queso.
“Las hicimos básicas porque no a todo mundo le gustan los olores para llevarles una suprema, o la piña en la pizza para llevar una hawaiana, así que mejor a la segura para el disfrute de todos”, contó este noble joven de 30 años.
Sin doble propósito
Aunque su gesto se viralizó rápidamente, Luis aclaró que no lo hicieron para hacerse publicidad.
“Yo ni conozco a la que me tomó la foto, no sé quién fue. Solo queríamos devolver un poquito de lo que Dios nos ha dado. Estamos empezando a gatear en el negocio, tan solo tenemos dos meses, pero tres pizzas no están pegadas al cielo y sabíamos que estábamos haciendo mucho bien con ellas", aseguró.
“Cuando nos despertamos hoy nos encontramos con la sorpresa. Lo que sí nos gustó mucho fue darnos cuenta que las redes sociales no son solo para compartir malas noticias.
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Para todos
La salvada fue que las pizzas se hicieron grandes y rindieron para todos.
“Caló bastante en la gente y no sé cómo nos alcanzaron para tantos, pero hasta a los guardas les dimos. Había gente incrédula, que hasta nos preguntaba antes de cogerla ¿pero es gratis? ¿es invitada?”, recordó Luis.
Luis era taxista y hace un tiempo trabajó en una pizzería, al igual que su esposa, ahí aprendieron el teje y maneje del negocio de las pizzas.