A pesar de que, entre bombos y platillos, el presidente Rodrigo Chaves firmó dos decretos con los cuales aseguró que los medicamentos en el país comenzarían a ser más baratos, la cosa no ha sido así y los precios de las medicinas siguen por las nubes ¿Qué es lo que pasa?
Para responder la pregunta buscamos a los que saben de verdad sobre medicamentos, al Colegio de Farmacéuticos, y muy amablemente su vicepresidente, el doctor Santiago Rodríguez Sibaja, nos atendió y aclaró los nublados del día sobre por qué, a pesar de dos decretos firmados, en las farmacias del país la gente sigue pagando carísimo hasta por el acetaminofén.
“Hay que entender bien la realidad de los dos decretos firmados. El primero habla de la importación paralela. Para entendernos todos, en este país hay grandes cadenas farmacéuticas que le compran a vendedores oficiales de medicamentos, pues el decreto lo que dice es que ahora se puede importar medicamentos que no sean solo los que venden los oficiales.
“Pero, hay una gran realidad en el país. El decreto permite que cualquier farmacia, por pequeñita que sea, pueda importar medicamentos, aunque no sea de los vendedores internacionales oficiales; sin embargo, las grandes cadenas farmacéuticas tienen sus propias farmacias o son los que les venden los medicamentos que ellos importan a las farmacias chiquitillas, las de barrio o pueblo y, créanme, no le venden igual en precios a los de sus propias farmacias”, explica el doctor Rodríguez Sibaja.
El presidente Chaves dijo que el decreto, ahora sí, iba a significar una baja en medicamentos, porque se podían importar de cualquier proveedor, aunque no fuera oficial. El doc del Colegio de Farmacéuticos reconoce que eso no es tan así y también es muy simple de explicar.
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Las grandes cadenas del país le seguirán comprando a los grandes vendedores del mundo y para que las farmacias chiquitillas puedan competir deberían, por ejemplo, unirse varias y así comprar a un mejor precio afuera.
Tampoco es tan fácil como decir, ok, tengo mi farmacia en Acosta y ahora para que me salga más barato y ayudarle a mis clientes voy a ir, por ejemplo, a comprar las medicinas a Nicaragua que son más baratas y así surto mi farmacia con medicinas más económicas.
A lo que se compre en Nicaragua hay que agregarle transporte, costo por meter los medicamentos al país y otros gastos que al final, como dicen los abuelos, podría significar que salga más caro el caldo que los huevos.
Otra cosita con la que no contó el presi Chaves, según explica el doctor, es que las grandes cadenas, como pasa en casi todo, tienen distribuidores en Tiquicia y en toda Centroamérica, y cuando llega el señor de la farmacia de Acosta a otro país de la región a comprar medicinas más baratas, pues no se las venden a ese precio, porque ellos son los que controlan el precio e incluso podrían prohibir venderles medicinas a farmacéuticos de Costa Rica.
El otro decreto firmado por Chaves, el de la homologación, tiene que ver con que cada medicamento importado debe demostrarse que es seguro y eficaz contra la enfermedad que dice y eso se debía probar con estudios científicos aquí en el país.
El decreto lo que dice es que si esa demostración se dio en Europa pues que aquí no sea necesario demostrarlo y así se facilitan trámites y al hacer eso podría generarse más importación y a más importación pues más medicamentos y así uno compraría más barato.
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“La homologación es la que menos influye en el precio, solo facilita traer medicamentos. Pero más medicamentos no van de la mano con precios más bajos. Podría ser que tengamos más medicamentos genéricos, pero con los mismos precios actuales”, aclara el doctor, quien asegura que por el momento los precios seguirán igual.
Desde el pasado 20 de febrero solicitamos un criterio de Casa Presidencial sobre este tema; sin embargo, a la hora de publicar la nota no habían respondido.