Cada vez es más común ver cómo la gente se agarra a golpes, dónde sea y por cosas sin importancia, cualquier detalle hace que las personas exploten y se comporten de forma irracional.
El país de paz con que rajábamos antes está quedando en el olvido. Costa Rica se está convirtiendo en un lugar violento en el que de todo se hace un problema que puede acabar en tragedia.
Solo para citar tres ejemplos, hace unos meses se viralizó un video en el que varios hombres se agarraban a golpes dentro de un restaurante de comida rápida solo porque se tardó mucho en recibir un pedido, uno de los involucrados fue a dar al hospital con una fractura de mandíbula.
También varias personas se agarraron dentro de un supermercado un día que había una promoción de cervezas, los videos del pleito circularon por redes sociales. Además, la semana pasada dos choferes que transitaban por San Pedro se pelearon en plena calle y uno de ellos la emprendió contra el carro de su contrincante, hasta le quebró un espejo.
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Situaciones como esas dejan en evidencia lo mal que está la sociedad.
La psicóloga María Ester Flores explicó las dolorosas pero realistas razones que podrían estar causando un cambio tan grande en la cultura de los ticos.
“Estudios de la Universidad Nacional y de otros investigadores aquí en Costa Rica señalan que una de las causas de esta nueva dinámica de país es la pobreza. Es un fenómeno que hace que el ser humano reaccione a la defensiva, la persona siente que se va a morir porque no tiene qué comer, dónde vivir y cómo sobrevivir, los mecanismos de defensa los va a aplicar para morir luchando.
“La gente se va del lado de las bandas o de la violencia, se vuelve desconfiada y a la defensiva. Se pierden los valores, la paz interior y muchas de las cosas importantes de la socialización porque las necesidades básicas como la salud, la comida, el techo y la educación están perdidos”, dijo la experta.
Esto lleva en muchas circunstancias a que las personas busquen drogas ya que no les importa la autodestrucción, eso solo agrava el problema.
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Cultura narco
La psicóloga dice que otro punto tomar en cuenta es la intromisión de culturas que vienen de países como México y Colombia, la cultura del narcotráfico, de la cocaína en especial.
“Para nadie es un secreto que Costa Rica antes era un puente en el que medio se veía la droga pasar, ahora el país no solo es puente, el mercado se instaura aquí, por eso se ve el entrenamiento de sicarios, gatilleros, lavado de dolares, prestamos gota a gota, que son lo más triste para la gente pobre porque la esclaviza.
“La violencia nos está ganando, en las noticias vemos el marcador constantemente. Vemos que las personas que supuestamente deben transmitir seguridad ciudadana no responden, no hay un cuidado para nosotros, no porque la policía no quiera, sino porque no hay un sistema que realmente sea firme”, agregó Flores.
La especialista dice que si la gente siente que el Estado no la protege y no hace justicia, es probable que elija resolver los problemas por su cuenta con golpes, piedras, palos, armas, o lo que tenga a mano, la vida se convierte en una supervivencia salvaje en la que no se piensa en las consecuencias.
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“Es por eso que vemos cómo en carretera, por ejemplo, por cosas sin importancia, los choferes se gritan, se pegan, se quiebran los vidrios del carro, porque la gente tiene claro de la autoridad no sirve. Esto se replica en los barrios, los centros educativos, los hospitales, solo falta que pase en las iglesias. La violencia está tan generalizada.
En cuanto a la juventud, María Ester dice que mientras la educación cada vez se complica más, las pandillas ofrecen “soluciones” fáciles: celulares, pantalones, tenis de marca, carros, motos; muchos jóvenes que no podrían obtener esas cosas de forma honrada, prefieren morir en las calles pero tener un momento de placer económico.
Olvidan que hacer daño es malo
La psicóloga dice que la pérdida de valores en las familias hace que se olvide que hacer daño a los demás es malo.
“Las autoridades no solo deben pensar en el castigo, en construir cárceles que quizá sí sea necesario, deben pensar también en la prevención, el deporte, la recreación, la educación, la cultura, todo eso ayuda.
“Debemos tratar de controlarnos, es normal que si una persona nos ataca nosotros nos enojemos y queramos desquitarnos. Un carro es un arma y en esa acumulación de estrés social cuando alguien te agrede sacas la ira, las personas sienten que tienen el derecho a responder, pero lo mejor y más prudente es escapar de esa situación.
María Ester finalizó diciendo que normalmente son los hombres los que incurren más en este tipo de conductas violentas, pierden el control con más facilidad, ellos buscan instintivamente marcar su fuerza como machos alfas.