En la Junta de Protección Social hay un ritual antes del sorteo más esperado del año: el del gordo navideño.
Ese ritual consiste en pesar y medir las bolitas de las series, los números y los premios.
Este año la labor está a cargo de Iris Estrada, José Sánchez, Yadira Fonseca, Laura Araya y Alonso Porras, de las gerencias de Producción, Operaciones, General y de Auditoría.
Su tarea es verificar que las 1.275 bolitas estén completas y sin daños.
De ese total 1.000 son series, 100 números y 175 de premios. El sorteo del gordo será este domingo 15 a las 7 p.m. en el mall Oxígeno, en San Francisco de Heredia.
Para hacer su trabajo, los funcionarios utilizan un balanza ajustada por especialistas en Metrología de la Universidad de Costa Rica y un calibrador para determinar el peso y el diámetro.
En el caso de las series, las bolitas deben pesar 4.22 gramos y medir 19.89 milímetros; las de los premios 4.49 gramos y 20.12 milímetros y las de los números 4.35 gramos y 19.97 de diámetro.
Si no cumplen con estas medidas son sacadas y sustituidas.
La Teja conversó con los encargados de este trabajo y dijeron que siempre que pesan y miden las bolitas de los números que ellos compraron hacen fuerza mental para que alguno sea el premio mayor. Lo mismo que hacemos todos desde la casa.
“Lo que hago es que cuando la estoy pesando le mando órdenes con la mente para que salga y le digo a la bolita que ella es la que va a salir en el mayor”, comentó riendo Yadira Fonseca.
Alonso Porras hace lo mismo y sus familiares y amigos le piden que cuando esté midiendo y pesando las bolitas con los números que jugaron, les tire buenas vibras.
“Lo que le dice la gente a uno es que le frote tal número, entonces uno se acuerda. Uno piensa en que ojalá se lo gane algún conocido o familiar, igual siempre uno les baja los santos a ver si sale”, dijo Alonso.
Laura agregó que ella, como muchos costarricenses, ya hizo “planes” con los millones que sueña ganar.
“Cada vez que mido una bolita me imagino lo que puedo hacer con cierta cantidad de plata, seguramente pagaría algunas deudas y compraría algunas cosas que me hacen falta”, dijo.
Por su parte, Jose Sánchez aseguró que piensa que si no se lo gane él, que le arree al gordo alguien que haga un buen uso de la plata.
“Uno lo que hace es soñar en grande, siempre la ilusión está en ganarse algo, por lo menos la terminación”, dijo.
Todos compraron ya sus pedacitos y esperan hacerse millonarios. Eso sí, ninguno quiso decir cuáles números llevan pues, como buenos agüizoteros, creen que si los revelan no pegarán pero ni el dedo gordo en la pata de la cama.
Cuando les preguntamos qué harían si ganaran el premio mayor (que este año repartirá ¢2 mil millones) la respuesta fue sencilla: “Nos vamos a descansar”. ¡Cuidado pierden!
Los cinco trabajadores iniciaron este lunes a las 8:30 de la mañana la medición y el pesaje y se espera que terminen el jueves a las 3:30 de la tarde.
Bolitas españolas
Esmeralda Britton, presidenta ejecutiva de la Junta, dio detalles de las bolitas.
Nos dijo que este año mandaron a traer de España solo las 100 que corresponden a los números. El precio de cada una es de $25.39, es decir, unos ¢14.400.
El material es de una madera llamada jab, conocida por ser resistente y que comúnmente se utiliza para fabricar utensilios de cocina, instrumentos musicales y tablas de ajedrez.
La Teja hizo un sondeo con algunos vendedores de lotería que están en las afueras de la JPS y nos dijeron cuáles son los números más perseguidos.
Carlos Vargas dijo que el 15 por ser la fecha del sorteo, el 19 por ser el año y el 30 por la copa que podría alcanzar la Liga.
Sergio Garita añadió a la lista el 20 por el año que se acerca y el 55 y el 77 son cuestiones de edad de los compradores.
El gordo de este año repartirá ¢2 mil millones en cuatro emisiones para quienes peguen el mayor, ¢200 millones para los ganadores del segundo y ¢100 millones para el tercero.