El presidente de la República podría perder credibilidad por haber apoyado a toda costa las actuaciones de la exministra de Salud, Joselyn Chacón.
Así lo expresa el politólogo Gustavo Araya, quien dice que, a su criterio, el mandatario protege a Chacón de una forma especial.
“El presidente de la República le ha dado el apoyo a doña Joselyn como a ningún otro ministro o jerarca, prácticamente jugó con su capital político a toda costa, pese a los cuestionamientos contra ella.
“Todo esto le puede causar afectación porque el presidente puso en juego su propia imagen en la defensa de la exministra de Salud”, expresó el politólogo.
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Araya también dijo que tanto el Poder Ejecutivo como los integrantes del partido Progreso Social Democrático (PSD), han tratado de distorsionar una realidad que está más que comprobada.
“Hay que tomar en consideración que hay varios elementos que están siendo distorsionados, el primero es que doña Joselyn es víctima de supuesto acoso o sicariato político.El Gobierno aprovechó todo eso para refundar su narrativa contra los medios de comunicación, pero lo cierto es que la señora Chacón no contaba ni con los atestados, ni con la experiencia, ni las condiciones para ocupar el cargo que le fue encomendado.
El especialista señala que la posibilidad de que un diputado de PSD renuncie para que Chacón pueda acceder a una curul, podría tener una explicación muy clara, la búsqueda de protección ante los problemas legales que enfrenta.
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“El que sea creíble que ella pueda optar por un puesto en la Asamblea Legislativa es también resultado de condiciones objetivas. Ella está envuelta en denuncias jurídicas que están ante la Fiscalía, además ha tenido roces con diferentes sectores, lo que hace pensar que es posible también que la alternativa de optar por un puesto público y una inmunidad parlamentaria, podría ser un vehículo importante para ella”.
Araya calificó esa posibilidad como “aberrante”, ya que dice que va en contra de las promesas de cambio con las que Rodrigo Chaves llegó al poder, y sobrepasada las costumbres tan criticadas de la “red de cuido” que se daban en el pasado con el bipartidismo.