La diputada Rocío Alfaro, del Partido Frente Amplio, interpuso un recurso de amparo contra la ministra de Educación, Anna Katharina Müller, por un polémico tema que salió a la luz hace unos días.
El Consejo Superior de Educación, del Ministerio de Educación, acordó que para este año se solicitaría a la administración la elaboración de un programa de estudio de Educación para la Paz y la Convivencia, que reemplace el programa de Afectividad y la Sexualidad.
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Esa decisión ha sido muy cuestionada porque el programa de Afectividad y la Sexualidad logró bajar un montón la cifra de embarazos en adolescentes.
“Cuando faltan pocos días para el inicio del curso lectivo de 2025, las autoridades recurridas eliminaron el Programa de Educación para la Afectividad y Sexualidad Integral de los colegios públicos del país, ignorando las evidencias y los criterios técnicos sobre su éxito para reducir embarazos adolescentes y sin contar con un programa alternativo que garantice el abordaje integral de sus contenidos esenciales, con base en la ciencia y el respeto a los derechos humanos”, dice el recurso.
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Y es que, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), desde el 2002 y hasta el 2012, los embarazos en adolescentes se mantenían cerca del 20%. En el 2012, cuando inició el programa de Afectividad y Sexualidad, empezaron a bajar de forma acelerada hasta llegar el 2023 a un 9%.
La legisladora pide, en el recurso de amparo, que se anule el acuerdo del Consejo Superior de Educación del Ministerio de Educación y se siga aplicando el programa de Afectividad y Sexualidad como hasta ahora.
Iglesia católica apoya la decisión del MEP
Por su parte, los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica expresaron su respaldo a la decisión tomada por la ministra de Educación, al readecuar los programas de formación sexual.
“La sexualidad humana, al ser una dimensión esencial de la persona, no puede ser reducida a constructos ideológicos ni a meras imposiciones culturales que muchas veces distorsionan su verdadero significado.
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“Es necesario que los programas educativos ofrezcan información objetiva y científicamente fundamentada, respetando las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, así como el desarrollo natural de los niños y jóvenes. Al mismo tiempo, deben promover una formación integral que abarque aspectos biológicos, afectivos y éticos, ayudando a los estudiantes a comprender el profundo valor de la sexualidad como una expresión de amor y donación responsable”, dice la Iglesia.
El MEP reconoce que hizo cambios, pero asegura que los colegiales seguirán recibiendo educación sexual.
“Se garantiza que seguirán recibiendo información esencial para su desarrollo integral, como temas relacionados con la reproducción humana, la prevención de embarazos adolescentes y las infecciones de transmisión sexual, entre otros.
“El objetivo principal del MEP es asegurar que estos contenidos se impartirán sin sesgos ideológicos, ni formación erótica que puedan impactar negativamente en la formación integral de los jóvenes... Entre los temas que se explicarán está la eliminación de materiales que incluyen el uso de juguetes sexuales y la posible exposición a la pornografía en edades tempranas”, informó el MEP.