El fiscal general, Carlo Díaz, está en el ojo del huracán y es el centro de una investigación por supuesto acoso laboral.
Quien lo acusa es el jefe de la Unidad de Cibercrimen del Ministerio Público, Esteban Aguilar Vargas. Él es hermano de Gabriel Aguilar, jefe de despacho del presidente Rodrigo Chaves.
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Pero, ¿debería renunciar Díaz a su puesto? ¿Le hacen daño a la Fiscalía estas acusaciones contra el fiscal?, ¿podrían los cargos que le achacan ser más bien una mampara para distraer la atención de la gente?
En La Teja conversamos con los politólogos Rubén Grillo y Sergio Araya para aclarar estas interrogantes y los dos tienen opiniones muy distintas.
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Grillo dice que Díaz está en todo el derecho de quedarse en su puesto porque es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
“Pienso que no debe renunciar y menos en este momento, porque si él no ha hecho nada malo, realmente, es el momento perfecto para que siga en el puesto evidenciando las cosas que hace este gobierno y que son contrarias al interés público.
“Las acusaciones contra Díaz también podrían verse como una mampara para desviar la atención de la gente y los medios de comunicación que estaban centrados en temas como el del diputado Leslye Bojorges y el caso Richter, que involucra a gente del gobierno... esa es la estrategia de comunicación política que hace este gobierno siempre que hay algún escándalo de corrupción que involucra sus funcionarios”, expresó el politólogo.
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Lo más intachable posible
Por su parte, el politólogo Sergio Araya, dice que la figura del fiscal general debería ser lo más intachable posible.
“Ejercer un cargo de esta naturaleza, la Fiscalía, una magistratura donde se imparte justicia o se investiga para una efectiva administración de justicia, idealmente requiere que quienes ejerzan esos cargos sean probos, estén libres de cuestionamientos, sean lo más intachables posible. Este tipo de comentarios y acusaciones contravienen esa imagen y genera un clima adverso
“Si le corresponde o no renunciar, pues lógicamente será su decisión, pero evidentemente por la sensibilidad de lo que son sus funciones y por lo que significan estos puestos para el ordenamiento democrático de un país, lo ideal es que quienes los ocupen no tengan ruidos o situaciones personales controversiales que se les atribuyan. Lo ideal es que no estuvieran involucrados o no tuvieran esa atmósfera polémica a su alrededor”, manifestó Araya.
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La investigación contra Díaz inició después de que el fiscal Esteban Aguilar denunciara ser, supuestamente, víctima de hostigamiento por parte de Díaz. Según Aguilar, el presunto acoso se debe al cargo que su hermano Gabriel ocupa en el gobierno. Es más que sabido que las relaciones entre Chaves y Díaz no andan nada bien, por eso Aguilar hace el vínculo.
El fiscal de Cibercrimen dice que en los últimos cuatro meses ha sufrido “ataques sistemáticos” que buscan debilitar la unidad creada hace dos años. Denunció que se le ha negado la recalificación de su plaza a una posición de jefatura, se le ha retirado apoyo económico y humano y hasta lo movieron a una oficina sin acceso a Internet. Aguilar dijo que presentará una denuncia formal por acoso laboral contra Díaz.
Esta no es la primera vez que Carlo Díaz enfrenta cuestionamientos. En octubre de 2024 la diputada oficialista Paola Nájera lo señaló por un viaje al país de Grecia, en el que estuvo acompañado por la fiscal Arelys Mora, su pareja sentimental. Díaz defendió el viaje, asegurando que no tenía nada que esconder y que fue él quien pagó los gastos de ella.
A raíz de la relación entre Díaz y Mora, el presidente Rodrigo Chaves y la diputada Pilar Cisneros han hecho cuestionamientos sobre el nombramiento de Mora como fiscal auxiliar, sugiriendo un posible favorecimiento.
Pese a que Díaz negó cualquier interferencia en el nombramiento y afirmó que todo se realizó conforme a la normativa vigente, salieron a la luz unos correos electrónicos en los que se evidencia que una asistente de Díaz solicita, en nombre del fiscal general, el nombramiento de Mora.