Las pirámides de Teotihuacán, en México, son mundialmente conocidas, pero lo que no todos saben es el misterio que las rodea y que, hasta la fecha, nadie ha podido resolver.
La Teja fue hasta el histórico lugar, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1987, gracias a la agencia DM viajes, para explorar la que fue considerada como la ciudad más grande del mundo con unos 25 kilómetros cuadrados.
Como este impresionante territorio fue habitado por los aztecas desde el año 1.100 d. C. muchos creen que las pirámides y la ciudad como tal fueron construidas por esa civilización, pero no fue así.
Carlos Rivera, guía turístico mexicano que fue contratado por DM Viajes para el tour que hicieron unos 70 costarricenses en tierras aztecas, asegura que la construcción de esa ciudad es, “uno de los misterios más grandes que tenemos los mexicanos”.
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“Teotihuacán fue habitada por lo aztecas, pero ellos no lo construyeron. De hecho, hasta la fecha se desconoce qué civilización lo hizo”, explicó Rivera.
Manuel Bernal, otro de los guías turísticos, dice que los aztecas se encontraron la ciudad por casualidad.
“Los aztecas son los que le dan el nombre de Teotihuacán, ellos venían peregrinando de una ciudad mítica llamada Aslan, andaban buscando un señal, que era un águila parada en un nopal devorando una serpiente, ellos cruzan por acá porque venían del norte”, confirma Bernal.
Según la historia, que fue escrita por los mismos aztecas, cuando ellos llegaron a esa zona encontraron las pirámides y toda la ciudad vacía. O sea, los creadores la abandonaron y hasta la fecha tampoco se sabe por qué.
Se cree que Teotihuacán, o la ciudad donde los hombres se convierten en dioses, fue construida en el año 300 antes de Cristo, pues los arqueólogos hallaron algunos restos que datan de esa época.
“Fueron muy pocos huesos los que encontraron, incluso de bebés, pero insuficientes para saber de qué civilización pudieron ser”, afirma Rivera.
Se estima que para construir las pirámides, que son de puro cemento, se necesitaron unas 200 mil personas y se cree que pudieron tardar unos mil años en finalizarlas.
En ellas se realizaron sacrificios humanos porque los aztecas creeían que los dioses se alimentaban de sangre. Eso se determinó gracias a distintos estudios, en los que encontraron sangre en la parte alta de las pirámides y en las gradas.
Por otra parte, estas pirámides no son punteagudas, como las de Egipto, porque en realidad no eran criptas --como las africanas-- sino que eran altares creados para los dioses.
Teorías
Como el misterio sigue sin resolver, los mexicanos manejan varias teorías y obviamente una de ellas tiene que ver con vida extraterrestre.
“Hay muchas teorías, las que todos conocemos, y una de ellas es la de los extraterrestres, que aún seguimos investigando”, asegura Bernal.
Las otras teorías son que quizás que los olmecas o incluso los mayas pudieran ser los padres fundadores.
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“En el túnel que encuentran, hallan vasijas, cráneos y deidades que son de los mayas. Se empieza a investigar y la teoría es que quizás los mayas construyeron este lugar y al terminar con los recursos y los árboles deja de llover y tienen que irse del lugar”, añade Bernal.
En el lugar hay tres pirámides: la más grande, que es la del Sol; otra que se llama la de la Luna y una tercera que no está abierta al público.
A las del Sol y la Luna sí se puede ir, pero desde hace seis años se prohibió subirlas. De hecho, quien lo haga deberá podría ser detenido por las autoridades y deberá pagar una multa económica.
Por su parte, a la tercera pirámide no hay acceso del todo —solo los arquéologos— ya que fue hasta en el 2018 que se encontró un impresionante túnel que se dice conectaría con las pirámide de la Luna.
Apúntese
El mágico lugar está como a media hora de Ciudad de México en carro o bus. Si usted quiere ir, es recomendable que vaya temprano, pues el sol que pega es bien bravo.
Puede llevar agua o snacks mientras recorre la zona, que es bien grande, aunque también adentro de las ruinas hay vendedores ambulantes y hasta tiendas para comprar helados, refrescos, etc.
Aunque uno puede andar por todo lado, desde hace seis años prohibieron el ascenso a lo más alto de las pirámides, algo que según los guías, hizo que mucho turista dejara de ir. Eso sí, aún siguen siendo millones los que llegan a visitarlas cada año.
Para los más aventureros también hay otras opciones como rentar motos, cuadracilos y hasta alquilar un paseo en globo en el amanecer, que ofrece unas vistas increíbles de las pirámides.
Además, en la zona sobran los restaurantes para probar comida local --que es sabrosísima--, tragos como el tequila, el mezcal y el pulque, que es la bebida más importante de México.
También cerca hay venta de artesanías o de piedras volcánicas, sin duda, es un lugar mágico que tiene mucho por ofrecer.