A grandes males, grandes remedios. La pintoterapia es un excelente método para combatir el estrés, pero colorear una hoja se puede quedar corto cuando la preocupación es tan grande como la provocada por la pandemia, entonces es momento de pasar a las paredes de la casa.
Con esta idea clara, Sol Cisneros, vecina de La Uruca y de 31 años, comenzó con su segundo mural de pintoterapia en la cochera de su casa el 17 de setiembre. No se ha fijado fecha para finalizarlo, pero tiene claro que cuando lo acabe, irá por el tercero.
Nunca había pintado nada, ni un chanchito de alcancía; sin embargo, con cero miedos se apuntó a darle vida con colores al mural porque necesitaba pasar sus días ocupada, desestresada y concentrada en algo que no fuera tanta sombra negativa que trajo la pandemia o tener exceso de tiempo libre para pensar en volver a fumar.
Sol se puso en contacto con la artista costarricense Laura Chévez y entre ambas acordaron el tema del mural para que Laura lo dibujara y Sol lo pintara.
"Esta pandemia nos ha traído muchos días de encierro y para no pasar tantas horas viendo televisión, decidí a hacer algo, fue así como nació la idea de pintar. Yo no sabía pintar, ni sé, solo ocupo mantenerme activa y ocupada, así que no me dio miedo.
“Este año ha estado demasiado cargado, ha sido muy abrumador para muchas familias. El encierro desgasta si uno solo piensa en eso. Yo tengo que agregarle que busqué la ayuda de la clínica de cesación de fumado del hospital México y entonces me daba miedo tener mucho tiempo para pensar en fumar”, explica Sol.
Sol eligió el tema de la naturaleza para sus murales.
“Laura me hizo todos los dibujos y al final me visita para darme algunas recomendaciones, pero no me cambia ningún color. Cuando estoy pintando me desconecto, mi mente se concentra en la pintura y no pienso en nada más, además, se me va el tiempo volando.
"Por las noches, estoy pensando en los colores del día siguiente, eso significa que además del tiempo pintando, mi mente pasa ocupada cuando no lo hago y eso era lo que buscaba”.
Blanco y negro
Laura, quien es vecina de Moravia, estudió Bellas Artes con énfasis en pintura en la Universidad de Costa Rica. Con la organización “Glasswing”, la cual busca transformar comunidades en riesgo social por medio de la pintura, fue que la artista conoció el tema de dibujar murales para que otros los pintaran.
"Se puede en cualquier pared, pero uno tiene que ver temas como la humedad, cuánto sol le pega, el estado de la pared. Si es cemento o madera, si tiene alguna pintura en aceite encima o hay que repellarle alguna sección.
“Yo lo que hago es el boceto del dibujo, lo dejo en blanco y negro para que cada persona lo pinte. Pueden decidirse por cualquier pared de la casa, los cuartos, la cochera, la sala, la cocina. No hay instrucciones para los colores, cada persona deja salir el artista que lleva dentro y pinta como guste”, aclaró Laura a quien usted puede contactar al 8889-2278.
No hay edad
Este tipo de pintoterapia en paredes de la casa lo puede hacer cualquier persona, si no que lo diga María Paula Phillips, quien con 8 años y junto a su hermana Emma, pintaron una pared de su casa, en Zapote, con un tema marino y les quedó precioso.
“Pasé muy entretenida y me encantó pintar con los colores que yo decidía, no había restricciones de nada. Además, pintamos en familia porque incluso mi abuelito (don Freddy Phillips) se puso a pintar y le encantó.
"Pintamos sin presiones, las horas que queríamos y parábamos cuando así lo deseábamos. Realmente lo disfruté demasiado, uno solo pasa pensando en pintar y eso nos alegraba mucho”, nos comentó María Paula.
Expresión de sentimientos
La sicóloga Andrea Villalobos explica que este tipo de entretenimientos es conocido como arteterapia y sirve para que las personas expresen sus emociones, mejoren el bienestar físico y sicológico.
“Claro que puede ayudar, cuando pintamos estamos expresando nuestros sentimientos, pensamiento y emociones, convirtiéndose en una herramienta de mucho valor durante esta pandemia, en la que las personas pueden experimentar mucha angustia e incertidumbre.
“Otro de los beneficios es que permite el autoconocimiento, es decir, podría ayudar a conectarse consigo y cuestionándose la persona: ¿quién soy realmente, cómo pienso, cómo siento? Desarrollando así, un mayor conocimiento personal que nos facilita reconocer los momentos de preocupación o tensión.
“Es recomendable para todas las edades, sobre todo aquellas personas que tienen dificultades de comunicación, ya que fomenta la expresión de sus sentimientos”, explicó Andrea.