David Damazzio Fernández es un piloto tico que tuvo un significativo y hermoso gesto con el capitán y con la tripulación del avión de carga Antonov-124, provenienten de Ucrania, que aterrizó la noche de este domingo en el aeropuerto Juan Santamaría.
Los 13 miembros de la tripulación de esa enorme aeronave son ucranianos que, cuando salieron de su país, no había ocurrido la invasión, pero ya había cierta incertidumbre.
Ellos ya estaban afuera de su país --se desconoce en qué países estuvieron antes de llegar a Costa Rica-- cuando estalló la guerra, por lo que han volado sabiendo que sus familias están allá en peligro, sin saben cuándo podrán regresar con ellas.
David, de 28 años, se enteró desde el sábado que la aeronave de carga con los ucranianos llegaría este domingo y, por eso, como siempre le ha gustado escribir, le redactó la conmovedora carta drigida al capitán Gorin Andrii de la que pondremos un fragmento a continuación.
“Querido amigo: Hace poco más de 73 años, un valiente hombre abolió el ejército de este pedacito de tierra que hoy visitas y a pesar de que un día juré defender mi bandera y dar mi vida por ella, si fuera necesario, también es verdad que no tengo ni la más mínima idea de lo que eso significa, porque salir del hogar para ir a la guerra nunca fue siquiera un escenario posible. ¡Realmente me impresiona lo valiente que es tu gente! Mi admiración y profundo respeto para vos y para ellos!
“Otro gran hombre nacido en esta nación declaró la ‘neutralidad perpetua’, una clara evidencia de la profunda fidelidad y vocación por la paz inherente a la idiosincrasia de nuestro pueblo. Aún cuando nos declaramos neutrales en los conflictos armados internacionales, lamentamos profundamente lo que está pasando en tu país y rogamos por el alto al fuego”, dice parte de la carta.
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Este aterrizaje era distinto
El joven brumoso conversó con La Teja y contó que el avión ha estado viniendo a nuestro país con frecuencia porque está transportando equipos para Intel, pero que en esta ocasión el aterrizaje era muy distinto pues los ucraniamos vendría a un país de paz desde que su patria estaba en guerra.
“Quería tener un gesto y decirles lo que yo creería que cualquier costarricense quisiera decirles en ese momento y pese a que en el momento estaba uniformado, todo lo que puse fue a título personal, con lo que creía que ellos neceitaban escuchar”, comentó Damazzio.
Además de la carta, David le dio al capitán siete objetos que guardaban un significado, más allá de halagarlo.
David le obsequió una pluma para que siempre recuerde que ellos (los pilotos), son los únicos que entienden por qué los pájaros cantan mientras vuelan; unos aretes, para que cuando regrese a casa le diga a su esposa lo hermosa que se ve.
También le dio un lapicero, para que si alguien quisiera “firmar la paz”, él tuviera uno a mano para ofrecérselo.
Chocolates, porque, ¿a quién no le gustan los chocolates? Así como el infaltable yodito tico para que cuando esto pase, pueda compartir una taza con sus seres queridos.
“Un avión en miniatura de la línea aérea más importante que ha tenido Costa Rica. La línea del avión que hoy volaste lleva los colores de tu bandera, tengo el honor de regalarte uno que luce la mía”, explicó el brumoso.
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Deseos de paz
Al final de la carta, David le explica al capitán que una canción costarricense muy conocida dice “Soy tico porque cada vez que encuentro a un amigo forastero, le demuestro mi calor... Soy tico y si eso no te dice nada, yo te mostraré mi patria, dame la oportunidad,” mientras de despide con un fuerte abrazo y sus más sinceros deseos de paz.
Cuando el avión aterrizó, lo estacionaron frente a donde David estaba, él se presentó con un miembro de la tripulación y le preguntó si podía hablar con el capitán. La mayoría ya estaban subidos en una microbús.
La carta no la leyó al frente suyo, pero cuando se la dieron, de inmediato salió de la microbús para darle la mano en señal de agradecimiento y hasta le pidieron tomarse una foto juntos.
“Me lo presentan y lo primero que hago es preguntarle por lo que les dijo el controlador aéreo de si habían podido notar a los ticos que habían llegado a los alrededores del aeropuerto con banderas, globos y mensajes de apoyo, porque ellos guardaron silencio, pero cuando dieron la vuelta ya para acomodarse hicieron cambio de luces, que es como los pilotos agradecemos”, explicó Damazzio.
David confesó que en el momento esa acción le había parecido algo sin gracia, pero cuando habló con él y le preguntó, respondió que sí lo vieron, pero que estaban tan emocionados y conmovidos que no les salió la voz y por eso no respondieron.
“Les di la bienvenida, les dije que sabía que eran poquitas horas las que iban a estar en el país, pero que intentaran disfrutarlas, pese a todo, y que tenían un pueblo hermano que se sentía identificado con lo que ellos estaban sufriendo y que resistieran y que les deseaba mucha paz”, narró el piloto nacional.
La delegación ucraniana salió la mañana de este lunes, minutos antes de las 10 a. m. rumbo a Las Vegas, Estados Unidos.