Escuchar¡Ya es una realidad! Los diputados aprobaron un proyecto de ley que pretende pegarle un gran empujón a las familias de escasos recursos que buscan tener su casita propia y, además, poner un negocito para salir adelante.
La iniciativa fue impulsada por la diputada María Marta Carballo, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), y permitirá a los pulseadores obtener créditos bancarios y bonos de vivienda.
Bajo la denominación de “viviendas productivas”, se hace referencia a casas que cuenten con autorización para un uso mixto residencial, comercial y productivo. Esto permite destinar una porción de la vivienda o del terreno para actividades productivas debidamente autorizadas.
Con esta ley los legisladores pretenden incentivar el surgimiento de nuevos negocios y, al mismo tiempo, dar viviendas adecuadas a los beneficiarios del subsidio del bono familiar de la vivienda que cumplan con los requisitos para esta modalidad.
La diputada Carballo explicó que el bono de vivienda normal no permite que las personas destinen parte del dinero para construir un espacio o agregado con fines comerciales o productivos, pero con esta nueva ley eso sí se podrá hacer.
Esto quiere decir que si una familia quiere pedir un bono de vivienda para construir su casita, pero además quiere usar parte de ese dinero para ponerse una soda en el mismo terreno, puede hacerlo, claro, el negocito debe tener los permisos necesarios.
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“Las personas de escasos recursos tendrán la oportunidad de iniciar un negocio que las saque a ellas y a sus familias del ciclo de la pobreza.
“La vivienda es un derecho humano fundamental pero, lamentablemente, muchos costarricenses no gozan de él, es por ellos que debemos buscar alternativas innovadoras que permitan no solo satisfacer esta necesidad básica, sino también fomentar la inclusión y la prosperidad de todos los ciudadanos”, agregó.
Según la nueva ley, el Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi) deberá diseñar los mecanismos para otorgar los bonos.
Esto incluye subsidios totales o parciales como créditos de entidades autorizadas dentro del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda y operadoras financieras del Sistema de Banca para el Desarrollo.
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Los recursos destinados a la construcción de viviendas serán administrados por el Banhvi, mientras que aquellos para el desarrollo de actividades productivas serán gestionados por el Sistema de Banca para el Desarrollo.
Para las zonas rurales, el Banhvi, en colaboración con el Instituto de Desarrollo Rural (Inder), llevará a cabo programas especiales de vivienda productiva.
Según estimaciones a mediados del año pasado, el país contaba con alrededor de 465.000 pequeñas empresas que funcionan en viviendas.
