La obesidad es una enfermedad que se ha convertido en un problema de salud pública a nivel global, según señal expertos de la Organización Mundial de la Salud, solo en Centroamérica esta tiene una incidencia cada vez mayor, sobre todo, entre adultos jóvenes con una prevalencia de más del 60 por ciento, mismo porcentaje que se refleja entre los adultos costarricenses.
Ronald González, quien es vecino de La Uruca, presenta problemas de obesidad desde su infancia, y actualmente, a sus 30 años, ya usa talla grande para vestirse.
González conversó con La Teja y manifestó que algunos de los problemas que presenta debido a su condición de obesidad, es al momento de dormir, pues cada noche al acostarse le falta el aire.
“Me falta el aire, normalmente me falta el aire y dormido ni me doy cuenta. En mi caso es terrible, a veces es casi mejor dormir sentado o semiacostado que dormir acostado porque la presión en el pecho llega a ser mucha”, dijo González, quien además señala que padece de una enfermedad que se llama apnea del sueño (trastorno del sueño potencialmente grave en que la respiración se detiene y recomienza repetidas veces).
El dormir es tan complicado para el joven que ni durmiendo de lado puede descansar.
“Dormir de lado a veces cuesta, porque me siento más estrujado y a veces el flujo sanguíneo al dormir de un lado provoca que amanezca con un brazo como muerto porque lo estripo toda la noche, ya que la cantidad de sangre que pudo pasar fue mínima”, explicó.
Producto a eso, González manifiesta que debe despertarse cada cinco minutos para respirar y que incluso muchas veces, su pareja lo tiene que despertar porque dice que se asusta al ver que lleva como un minuto sin respirar.
Imposible usar medias
González señala que cuando llegó la pandemia, cayó en depresión sin saberlo y eso provocó que subiera más de peso a tal grado que desde entonces no logra usar medias porque es como morirse solo hacer el intento de ponerlas.
“Ya me costaban muchas cosas, caminar, moverse, olvídese de ponerse medias, esas ya dejaron de existir hace muchos años, las medias no se ponen, uno más bien se puede morir intentando ponerse las medias, eso es muy terrible y ese tipo de cosas las empecé a ver a en pandemia y llegar a pesar tal vez más de 250 kilos”, manifestó.
Conseguir ropa es algo muy difícil para Ronald, primero por la talla y segundo por el precio, ya que en los únicos lugares donde puede conseguir algo que le quede es las tiendas americanas, sin embargo después de conseguirlo debe de mandarla arreglar porque la ropa no le queda por lo largo.
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“Probarse ropa es imposible, comprar ropa es imposible literalmente si usted tiene cierto nivel de sobrepeso, tienes que tener mucha plata para ir a comprar a tiendas talla grande porque son carísimas. Es ridículo lo caro que son las tiendas especializadas para talla grande. Toca ir a comprar ropa americana que son prendas que otras personas dejaron”, detalló González.
Otras dificultades debido a la obesidad
González señala que otras de las dificultades que ha vivido debido a su condición es conseguir trabajo, ir a lugar donde no haya escaleras eléctricas o ascensor y que tenga que subir gradas a un tercer o cuarto piso.
El montarse a los buses o ir a lugares donde las puertas son angostas son otros de sus problemas diarios, así como agacharse, son solo algunos de los problemas con los que debe lidiar diariamente.