Gran parte de los nicaragüenses que han venido a Costa Rica desde el 18 de abril del 2018 producto del conflicto político entre el presidente Daniel Ortega y la oposición, no lo han hecho por falta de empleo en su país como muchos creerían.
Todo lo contrario, esta es la cuarta opción que ellos marcaron en una encuesta realizada por la Fundación Arias para La Paz.
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En ella se entrevistó entre febrero y marzo a 382 nicaragüenses que entraron a Costa Rica después de que estallara el conflicto.
De los entrevistados, 146 dijeron que abandonaron Nicaragua por persecución por parte del Gobierno, 98 afirmaron recibir amenazas de muerte, 72 aseguraron que fue por miedo, 50 lo hicieron por falta de empleo, mientras que 16 porque los estaba reclutando el ejército.
El análisis también arrojó que 202 de los encuestados son estudiantes universitarios o terminaron sus carreras, 110 finalizaron el colegio, 42 poseen una especialidad técnica y que solo 27 se quedaron con el título de primaria.
De ellos la mayoría provienen de los departamentos de Masaya, Managua, Carazo, Matagalpa, Boaco y Granada.
También se concluyó que los cantones a donde más llegaron en Costa Rica son San José, Desamparados, Heredia, Alajuelita, Goicoechea, Alajuela y Montes de Oca.
El mes en el que más entraron fue julio, seguido de noviembre y setiembre.
De los 382 encuestados, 336 explicaron que regresarían a Nicaragua siempre y cuando Ortega no continúe en el poder, los restantes 46 indicaron que prefieren quedarse en Costa Rica.
Se determinó que 233 entraron por puntos ciegos en la frontera con Peñas Blancas y Las Tablillas, 133 lo hicieron de forma legal y solo 16 por vía aérea.
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Médicos en construcciones
Elvira Cuadra, socióloga de la Fundación Arias para La Paz, aseguró que aunque muchos de estos nicaragüenses son profesionales, en el país se han dedicado a trabajos de construcción y venta ambulantes.
“Hay médicos, periodistas, ingenieros, abogados y docentes universitarios que han tenido que trabajar en otras cosas para sobrevivir porque no tienen permisos laborales, por ejemplo, sabemos de médicos en construcciones”, mencionó.
“Ellos también reciben ayuda humanitaria por parte de organizaciones en Costa Rica y de agencias internacionales de cooperación”, agregó.
Cuadra agregó que todos los encuestados coincidieron en el temor que sienten de que Daniel Ortega tome represalias contra los parientes que quedaron en tierras pinoleras.
“Hay un reconocimiento fuerte y alto en relación al apoyo que la sociedad costarricense les está dando. Hay personas que en algún momento fueron cercanas al Gobierno que se negaron a participar en las acciones de represión, ellos son los más asustados”, añadió.
Desde que estalló el conflicto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha contabilizado 325 muertos, más de 2.000 heridos y cientos de detenidos por estar en contra de la dictadura orteguista.