Daisy es una perrita bulldog francés que tiene 9 meses, nació en Cartago, se crio en Atenas y desde hace 5 meses se fue para Estados Unidos para sacar el título de soporte emocional para humanos.
Es una peludita supertierna que inmediatamente conoció a los niños se enamoró de ellos, por eso su familia humana se dio cuenta que tenía un talento especial y quiso aprovecharlo de una forma muy solidaria.
En sus primeros cuatro meses aquí en Tiquicia Daisy logró demostrar que era todo corazón y cariño con los humanos y que los niños que se acercaban lograban una química especial con ella y eso animó a su mamá humana, Karina Herrera Quesada (tica), y a su papá humano, Aaron Sharp (gringo), a aumentarle con estudios la relación con las personas.
Así comenzó la historia de la perrita con los estudios para dar amor. Viajó de Sabana Larga de Atenas a Denver, Colorado, Estados Unidos y no pasó ni una semana de haber llegado cuando ya estaba recibiendo sus primeras clases.
Sus papás humanos no se equivocaron, los instructores en el norte también comprendieron casi de inmediato que Daisy tiene un don especial, además, hasta logró en muy poco tiempo convertirse en bilingüe porque todas las órdenes del curso para ayudar a los humanos son en inglés y también entiende las órdenes en español de su familia tica.
“Como en nuestra familia no hay una persona con alguna discapacidad, no pudimos inscribirla en la especialidad para discapacitados, pero sí en el curso de soporte emocional y ahí ha logrado notas excelentes.
“Está a mes y medio de lograr su primer título y también ya hace trabajo de campo en el Hospital de Niños de Denver. Ella es un amor total con niños que padecen ansiedad, depresión, los que tienen algún proceso de rehabilitación, que están en medio de una quimioterapia”, explica doña Karina.
La perrita brumosa es puro corazón con cualquier humano, por eso en el hospital en donde hace voluntariado ayuda también a adultos mayores que están bastante enfermitos e incluso ya hicieron su testamento.
Los humanos no han sabido explicar esa alegría que Daisy le da a los pacientes cuando se les sube a la cama, les cambia totalmente el humor y se ponen muy alegres, eso, está comprobado, ayuda mucho a la sanación o a sobrellevar cualquier padecimiento.
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“Daisy llegó a nuestras vidas exactamente al mismo tiempo que falleció mi mamá, eso provocó que incluso a nuestro matrimonio y familia le hiciera muy bien tenerla entre nosotros. Estoy convencida que nosotros fuimos sus primeros pacientes a los que hizo feliz y les ayudó en medio del dolor”, expresó doña Karina.
La peludita salió bien trabajadora, ella es una voluntaria llena de amor desde que nació. No crean que es muy de vez en cuando que va al Hospital de Niños gringo a hacer voluntariado, no, tiene su horario fijo.
Daisy va los martes y lo jueves. Ya en el hospital la esperan porque ella forma parte de un grupo de cinco perritos que ayudan con su amor a los pacientes. Los niños que pasan varios días internados hasta esperan con gran ilusión el día que llega la peludita tica.
“Vinimos a Costa Rica por las vacaciones, solo vamos a poder estar una semana; sin embargo, no quisimos dejar de darnos la vuelta porque a la perrita le encanta Costa Rica, se vuelve loca cuando comparte con nuestra familia”, asegura la mamá humana quien es educadora en Estados Unidos.
Es una bulldog francés y vive ahora en Estados Unidos ¿en verdad le queda algo de tica? La respuesta que nos dio a esta pregunta doña Karina nos dejó sin ninguna duda de que Daisy, por más lejos que ande, es bien tica.
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“Le encanta el salchichón. No algo parecido que venden en Estados Unidos. No. Ella se vuelve loca por el salchichón costarricense. También le fascinan las salchichas ticas, las de allá no le hacen gracia y casi ni come, pero aquí se desespera cuando le damos.
“Incluso en diciembre pasado le hicimos unos tamalitos especiales para ella y los disfrutó muchísimo. Por más Estados Unidos en que viva, Daisy es supertica, ama venir aquí, a nosotros nos ha quedado claro”, explica la profe.