Un periodista nicaragüense radicado en el país vivió un momento inolvidable, cuando se reencontró con miss Universo, la también pinolera Sheynnis Palacios y hasta le sacó las lágrimas a la mujer más bella del planeta.
El martes anterior, Roberto Martínez, quien colabora con el medio “Nicaragua actual” acudió al evento en donde se formalizó el cambio de franquicia de Miss Universe Costa Rica y tuvo la oportunidad de saludar a su compatriota.
Martínez le contó a La Teja todas las emociones que lo invadieron cuando estuvo frente a frente con la miss.
Roberto es de Matagalpa y tiene 30 años. A los 16 ya trabajaba en comunicación y tuvo la oportunidad de entrevistar a Sheynnis cuando daba sus primeros pasos en los certámenes de belleza, por lo que ya tenían rato de conocerse.
“La pude entrevistar cuando era miss Teen y cuando llegué a Costa Rica abrí una página de Facebook en donde compartía algunas noticias. Yo participé en Míster Mundo y me acerqué a la organización de concursos de belleza para conocerla y entrevistarla.
“Con ‘Nicaragua actual’ fui a Miss Universo, en El Salvador, y fue muy lindo. Recuerdo que le dije: ‘Nicaragua se prepara para la primera corona’ y ella me dijo ‘si Dios así lo quiere, así será', por lo que presenciar la coronación fue un sueño para todos los nicaragüenses”, afirmó.
Para él, ver a Palacios en la conferencia ya era demasiado, y cuando les dijeron que podían fotografiarse con ella, lo invadieron los nervios, pues no quería saltarse los protocolos y no sabía cómo iba a reaccionar la guapa al verlo.
“Cuando me acerco a ella voy haciendo pucheros, soy muy llorón y crucé mis brazos hacia atrás, para que no me ganara el impulso. Pero cuando Sheynnis me vio no pudo aguantarse, me abrazó, yo también la abracé y vi que se le salieron las lágrimas.
“Siento que ella necesitaba ese abrazo, era el abrazo que quería darles a todos los nicaragüenses, y me dijo rápidamente ‘saludame a todo el mundo’. Ella atesora volver a Nicaragua en algún momento y ha sido muy inteligente a la hora de hablar sobre lo que pasa en el país y ahorita por su posición, no puede hacerlo”, recordó aún emocionado.
Todo un pulseador
Roberto hizo maletas y dejó Nicaragua en el 2018, cuando era perseguido por oponerse al régimen de Daniel Ortega. En Nicaragua vivía con su mamá María Luisa y sus hermanas Hazel y Marta.
“Estuve trabajando en un medio oficialista, me trataron bien, pero no podíamos decir nada en contra del gobierno. Yo sí estoy en contra del régimen y en el 2018 participé en varias manifestaciones y era incómodo que no pudiera hablar de esos temas en el trabajo.
“Por participar en las manifestaciones fui perseguido, amenazado y al ver que la situación era tensa me vine para Costa Rica con dos amigos que eran médicos, pero que también están en contra del gobierno. Yo me vine por tres meses, pensando que las cosas se iban a calmar, pero acá sigo, después de casi seis años”, comentó.
LEA MÁS: Nicaragüense superó el abandono de su familia, tocó fondo y hoy ayuda a otros
Este muchacho no se arruga para bretear y desde muy joven trabajó para llevar el sustento a su casa, pues Roberto creció sin su padre. Acumuló experiencia en cafeterías, bares y cuando vino a Costa Rica trabajó en un supermercado chino, en restaurantes y cuando llegó la pandemia hacía repostería para vender por medio de redes sociales.
“En algún momento soñaba con tener mi propia cafetería. Poco a poco fui ahorrando dinero, vengo de una zona cafetalera y el café influye de una manera muy linda en mi vida. Mi mamá se vino 3 meses después de que yo lo hice, no puede vivir sin su hijo menor y ella, junto con mi pareja me apoyaron en todo este proceso”, expresó.
Martínez sabía que no podía alquilar un local en San José, porque era muy caro, así que pensaron abrirla en Alajuela. Encontraron un lugar en el centro, un local esquinero, pero muchos vecinos le decían que ahí nada pegaba y al inicio tuvo miedo, pero en tiempo récord instalamos todo y en un mes ya estaba inaugurado” dijo.
El negocio de Martínez se llama Alkafe y se especializa en diferentes presentaciones del café, que cultivan en la ciudad de los mangos. Además, ofrecen desayunos, repostería y platos fuertes.
“En noviembre del año pasado le di gracias a Dios, porque mis sueños se han hecho realidad. Pero lamento el no poder ir a Nicaragua; es obvio que extraño mi tierra, mi casa, mi familia, me he perdido el ver crecer a mis sobrinos y eso me duele bastante.
LEA MÁS: Nicaragüense pudo reencontrarse con sus raíces gracias al futsal
“En algún momento sentía que tenía que ser un ejemplo para ellos, no he podido estar tan cerca, pero estoy tan agradecido con Costa Rica por la oportunidad que me ha dado esta tierra de superarme”, afirmó.