Nacional

Peluquería Cri-Cri salió huyendo del barrio Chino

El local jaló después de 51 años en la zona porque casi están quebrados

EscucharEscuchar
Así nos encontramos la peluquería Cri-Cri dos días antes del cierre, el caballito esperaba clientes pero nadie llegó. Foto: Eduardo Vega (Eduardo Vega Arguijo)

Después de 51 años de cortar el pelo de los más pequeñitos de los hogares costarricenses, la famosa peluquería Cri-Cri, ubicada en lo que hoy se conoce como barrio Chino, cerró sus puertas el pasado sábado 19 de agosto por una ausencia casi total de clientes.

El negocito que con tanto amor fundó doña Vilma Llosent hace cinco décadas, que hizo crecer todavía más su hija, doña Olga Marín y que desde hace 12 años está en manos de la nieta, Yelsi Poltronieri, está casi quebrado porque desde que se inauguró el barrio, el 5 de diciembre del 2012, parece que le echaron agua hirviendo a la clientela.

Antes de esa fecha, a Cri-Cri llegaban unos 20 o 30 niños por día y salían bien peladitos y alegres porque al ser un lugar especializado para los pequeños tenían juguetes, libros de cuentos, dibujos en las paredes, crayolas y hasta legos. Los sábados, era tiro y pago, se hacían unos 80 cortes pero ya todo eso se acabó.

“Es insostenible seguir en el barrio Chino, la gente se alejó por completo. Recuerdo muy bien que la municipalidad nos prometió que el lugar sería la otra Avenida Segunda de San José, que los clientes nos llegarían por montones. Claro, nos pusimos todos felices, pero qué va, eso jamás sucedió”, nos comentó con mucho dolor doña Yelsi.

Dos días antes del cierre visitamos la peluquería y pudimos comprobar que los clientes brillaban por su ausencia. En casi una hora que estuvimos, eso parecía un desierto, por eso Sandra Martínez, estilista de Cri-Cri, no tenía más que hacer que sostenerse las quijadas.

Hace 51 años doña Vilma Llosent se puso la gabachita de emprendedora y creó su propio negocito, la peluquería Cri-Cri. Foto: Cortesía (Cortesía Familia Llosent-Poltronieri)

“El barrio Chino dejó de ser un lugar donde la gente llegaba a realizar compras, a caminar y disfrutar de los locales, como lo era cuando estaba el Paseo de los Estudiantes. Ahora es una zona de paso y la gente pasa en carrera porque los deja el bus. Hay días de la semana que no nos llega ni un solo cliente, abrimos solo para que entre el viento. Los sábados, a lo mucho hacemos 20 cortes, así no hay negocio que se sostenga”, agregó doña Yelsi.

La señora tiene sentimientos muy encontrados porque le duele profundamente tener que dejar de alquilar el localito que por tantísimos años fue su hogar, el de su mamá y el de su abuelita, pero al mismo tiempo está muy pero muy ilusionada porque Cri-Cri luchará por revivir los años dorados, cuando atendían 300 niños un solo sábado, en un nuevo local sobre Avenida Segunda.

“Con el corazón hecho un puño cerramos y al mismo tiempo le pedimos a Dios que nos ayude en el nuevo Cri-Cri que abriremos en el tercer piso de edificio Toys en Avenida Segunda, calle 4, con un horario de 10 de la mañana a 6 de la tarde de lunes a sábado y los domingos de 10 de la mañana a 5 de la tarde.

Nunca abrimos un domingo pero diay, hay que salir de la crisis del último año que no dejó ni para pagar el alquiler del local y no quisimos cerrar para no dejar a los empleados sin trabajito”, confirmó la empresaria familiar.

En diciembre del 2012 la municipalidad inauguró con dragones y danzas orientales el barrio Chino, cinco años después los negocios de ticos se van casi quebrados. Archivo (Alejandro Gamboa)
Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.