En una emotiva misa porque representó la última del padre José Rafael Hernández en la iglesia de Los Ángeles de Santo Domingo, en Heredia, don Román Castro y doña Élida Calvo se volvieron a dar el sí para reafirmar el amor que los une desde hace 50 años.
El 25 de noviembre de 1967, esta simpática pareja unió sus vidas en matrimonio a las 7 de la mañana en la iglesia de La Merced, en San José, 50 años y un día después decidieron revivir esa experiencia junto a sus hijos, nietos y demás familiares.
"Papá principalmente ha sido de la idea de reunir a la familia para celebrar en vida y no esperar a que alguien muera para verlos, por eso, todos los hijos nos unimos a planear esta sorpresa para ellos, que si bien sabían que habría misa, no estaban enterados de que tendrían anillos nuevos y fiesta al finalizar", explicó Román Castro, el cumiche de la pareja.
La misa comenzó a las 10 a.m., pero fue a las 10:35 a.m. cuando el sacerdote se enfocó en la renovación de votos, tanto de esta pareja, como de don Rodrigo Solís y María de los Ángeles Mora, que cumplieron 46 años de vida matrimonial.
Una vez dado el sí, los presentes que llenaron la iglesia aplaudieron a las parejas por la valiente decisión de fortalecer su amor, algo que se ve muy poco en la actualidad.
El secreto está en el amor a Dios
Consultamos a la pareja cuál es el secreto que les ha permitido vivir tantos años juntos y ambos respondieron el poner siempre a Dios de primero en todo, luego agregaron que el olvidarse de las dificultades.
En cuanto anécdotas en éstos años doña Élida recuerda las dificultades económicas que afrontaron los primeros años de matrimonio, cuando el colón con 50 céntimos que ganaba su esposo por quincena en la Policía Penitenciaria, no les alcanzaba para comprar la comida para ellos y sus tres hijas.
"Recuerdo a Canalete, un privado de libertad que trabajaba en la cocina de la Peni que notó que mi esposo siempre que le servían la comida envolvía la carne en dos servilletas y se la metía en la bolsa del pantalón, le preguntó por qué hacía eso y Román le contó que él tenía tres hijas y una esposa en la casa que no tenían carne para comer por falta de plata. Desde entonces él le regalaba un poquito de carne para que nos trajera. Creo que fue en parte la forma que Dios usó para limpiar su alma, pues dos meses después lo mataron en la cárcel", contó doña Élida.
La decoración del salón y todos los detalles los hicieron los cuatro hijos de la pareja, quienes pusieron todo su cariño en la elaboración de un reloj de arena que simbolizaba el paso de éstos años, un recuerdo con imágenes de su vida en común y un pergamino con el recuento de los 18.262 días que llevan juntos.