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Mario Arias, de 28 años, y Roberth Castillo, de 25, unirán sus vidas en matrimonio este sábado en el bar El 13, en el centro de San José.
Esta será la primera boda oficial entre personas del mismo sexo en el país después del pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 8 de enero anterior.
Arias es tico y Castillo venezolano y se conocieron en el 2012 gracias a una página web de chats. El 2014 fue el año clave ya que por fin se vieron de frente.
Este encuentro no fue ni en Tiquicia ni en Venezuela, fue en Curazao, una isla del Caribe que pertenece a Holanda.
En este lugar se dieron su primer beso y comenzó su historia de amor. Arias conversó con La Teja y nos dio detalles sobre su pasado, presente y futuro, donde su compañero, Roberth, lo acompañará hasta que la muerte los separe. Por cierto, para la boda de este sábado la pareja le pedirá protección a la Policía Municipal para evitar que personas violentas hagan algo.
Antes, en el 2015, ya se habían casado en el país Laura Flórez-Estrada y Jazmín Elizondo, ya que esta última aparecía registrada como hombre. También lo hicieron Kenneth Castro y Benjamín Nuñez el 8 de julio del 2017, pero este se trató de un acto simbólico.
La pareja deberá esperar para inscribir el matrimonio.
Mario, ¿ya mandaron las invitaciones?
Ya las hicimos, pero será un evento abierto, no sabemos si va a llegar mucha o poca gente.
¿Pensaron en que el matrimonio gay fuera una posibilidad en Costa Rica?
Nosotros nada más estábamos esperando que fuera legal en Costa Rica para hacerlo. El pronunciamiento de la Corte nos llegó por sorpresa, nunca pensamos que fuera tan rápido.
¿Cómo se conocieron?
Nos conocimos por internet, había una página de chats y ahí empezamos a hablar hace seis años (2012). Él es venezolano y en ese tiempo estaba en su país, fue hasta después de un tiempo que nos conocimos.
¿En dónde se ven por primera vez?
Fue dos años después (en diciembre del 2014), nos vimos en una isla que se llama Curazao, que está cerca de Venezuela.
¿Fue amor a primera vista?
Nosotros nos hicimos muy amigos y todo en Curazao se dio y fue suficiente para enamorarnos.
¿Ahí se dieron el primer beso?
Si, es como una historia de novela (risas).
¿De una vez se hicieron novios?
No, fue como en abril del 2015, un mes después de vivir juntos (ya Roberth se había venido para Costa Rica).
¿Cómo se sienten ahora que van a dar el sí?
Estamos muy contentos de dar este paso, sabemos que es algo histórico. La verdad es que estamos muy emocionados.
¿Quién fue el que propuso matrimonio?
Fue como mutuo el asunto. Cuando llegó la resolución de la Corte los dos nos volvimos a ver y dijimos “diay, casémonos”.
¿Antes habían hablado de matrimonio?
Ah, sí, pero como una opción a mediano plazo porque nunca pensamos que se podía hacer tan rápido.
¿Quién está más feliz?
Los dos, es algo que esperamos por mucho tiempo y ahora lo podemos hacer.
¿Ya saben cómo van a llegar vestidos?
Sí, los dos con traje. Yo voy a ir con uno gris y él con uno rosado.
¿Van a tirar el bouquet (el arreglo floral que lanzan en las bodas)?
(Risas) Sí, pero todavía no sabemos si va a ser eso u otra cosa.
¿Solo invitaron a gente homosexual a la boda?
No, no, hay gente heterosexual que va a estar con nosotros en ese día tan importante. El único requisito es que lleguen a celebrar el amor con nosotros.
¿La familia de Roberth va a venir a la boda?
No, la situación en Venezuela está un poco complicada así que pensamos que somos nosotros los que podemos ir allá.
¿Va a ser una fiesta con mucho guaro?
(Risas) La vamos a hacer en un bar, entonces sí habrá mucho, lo que pasa es que queremos que sea tranquila.
¿Ustedes se van a tomar hasta el agua de los floreros?
Nosotros queremos pasarla bien y disfrutar el momento.
¿Sus parientes los apoyan?
La mayoría, pero en las familias tradicionales siempre hay uno que otro que no comparte este tipo de situaciones, pero tampoco es que me han dejado de hablar.
¿Ya saben a dónde se van a ir de luna de miel?
No, no sabemos, pero estamos pensando.
¿Han hablado de adoptar hijos?
No por el momento.
¿Ustedes son de los que se dan besos y andan agarrados de la mano en la calle?
No somos de los que se dan besos en público, pero es por nuestra personalidad, no porque nos sintamos incómodos de que nos vean. Tenemos amigos que lo hacen, pero nosotros no.
¿Los han insultado por su orientación sexual?
La verdad es que no, tal vez porque no demostramos afecto en público.
¿Usted cree en Dios?
Sí.
¿Votaría por alguno de los candidatos religiosos que aspiran a la Presidencia?
No, preferiría cortarme el dedo.
¿Ustedes a qué se dedican?
Yo soy ingeniero en computación y Roberth es experto en diseño y desarrollo web.
