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Pareja dio el sí encaramada en ¢24 millones

Pareja biker llegó al altar montados en unas bichas superchuzas

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La Yamaha (izquierda) está valorada en 11 millones de colones y la Harley tiene un valor de 13 melones. Foto: Bryan Castillo.

Llegar al altar encaramado en una moto no es algo que se vea todos los días; sin embargo, este domingo, una pareja decidió llegar de esa manera a dar el “sí, acepto”.

Se trata de Adriana Quirós de 35 años y Diego Quesada de 38, ambos pertenecen a varios clubes de motorizados que viajan por todos los rincones de Costa Rica.

Precisamente esto los motivó para aparecer montados en unas buenas bichas. En el caso de Adri lo hizo en una Harley Davidson clásica valorada en 13 millones, mientras que Quesada en una Yamaha Royal Star que tiene un costo en el mercado de ¢11 millones, es decir, en total ambas están cotizadas en 24 milloncillos.

“Son motos bastante caras, de muy buena calidad y duraderas, estas son las que por lo general andamos los bikers”, explicó Edo Villalobos, organizador de la boda.

Los recién casados se conocieron hace más de 18 años. Foto: Jose Díaz. (Jose Diaz)

Ellos decidieron unir sus vidas para siempre en una propiedad ubicada al costado sur del aeropuerto Juan Santamaría.

“En diciembre asistimos a una actividad del trabajo de Diego, en San Antonio de Alajuela, en los alrededores del antiguo restaurante La Candela, y a mí me encantó ver los aviones despegando y aterrizando tan cerca de nosotros, así que le dije a Diego que sería muy bonito casarnos así y como la propiedad es del jefe de él, ya se coordinó todo”, comentó la novia, de 35 años.

La feliz pareja se conoció hace 18 años, cuando Adriana tenía 17 y Diego 20, pero por cosas de la vida cada uno tomó su camino y fue en el 2015 cuando se volvieron a encontrar.

Diego y Adriana ya vivían juntos, pero quisieron formalizar aún más su relación, fue por eso que en el 2017, Quesada, quien es biker desde hace más de 20 años le propuso matrimonio a su mujer, eso sí, los dos tenían que estar subidos en una moto.

La feliz pareja dio el sí detrás del aeropuerto Juan Santamaría. Foto: Jose Díaz. (Jose Diaz)

A su ahora esposa, la idea no le pareció mal, aunque por algunos momentos lo dudó.

“Cuando lo volví a ver lo conocí de esta forma, a él le encantan las motos y a mi me daban miedo, yo lo pensaba para montarme, ahora andamos por todo lado y no me bajo de la moto”, contó Quirós.

Por su parte, el novio nos confirmó que él siempre tuvo en su cabeza casarse de esa forma.

“Mi estilo siempre ha sido este (biker), ella lo agarró hasta que me conoció, lo hablamos y nos gustó la idea. Al menos yo siempre me imaginé una boda así.

“Tengo que confesar que al principio estaba un poco nervioso, estaba ansioso por verla porque me dijeron que se veía guapísima y así fue. Ahorita si me preguntan que da más nervios, si casarse o montarse en una moto, yo creo que casarse porque en la moto lo que uno siente es solo adrenalina (risas)”, contó el enamorado.

Durante la ceremonia pasaron varios aviones. Foto: Bryan Castillo.

Como lo mencionamos anteriormente, Adriana y Diego se conocieron cuando eran más güilas, incluso, jalaron casi un año hasta que la relación terminó.

Cada uno formó su vida con personas diferentes, se casaron y hasta tuvieron hijas.

“Yo tuve dos hijas y él también, no nos fue como queríamos en esas relaciones, pero Dios hoy nos unió y estamos celebrando que nos reencontramos para ahora volver a ser felices. Ahora nosotros tenemos una bebecita”, dijo Adri.

Ella nos contó que Facebook hizo el papel de Cupido, pues fue por medio de la red social que se volvieron a hablar después de tantos años.

“Yo lo encontré a él por Facebook, le puse un mensaje y nos vimos, ahora estamos casados y queremos ser felices, la gente nos ha dicho que se sienten felices por nosotros porque hemos luchado para estar juntos”, añadió la mujer.

Al casamiento asistieron cerca de 200 personas, la mayoría montados en moto y de todas partes del país, como Heredia, San José, Coronado, Guanacaste, Osa, entre otros lugares.

Unos de los que tuvieron que volar más rueda fueron Johnny Madrigal y Priscilla García, quienes también son una pareja de bikers, ellos salieron bien tempranito desde Ciudad Quesada.

“Hoy salimos tempranito, como a las 7:30 a.m, fue un bonito viaje porque el clima estuvo excelente, duramos como hora y media para llegar aquí. No todos los días se casa un motociclista, entonces cada vez que se hace una boda aprovechamos para acompañar a la pareja, a estos que son conocidos les deseamos lo mejor en esta nueva etapa que van a vivir”, contó Priscilla.

Una caravana de al menos 200 motorizados asistió a la boda. Foto: Jose Díaz. (Jose Diaz)

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