Greivin Alvarado está viviendo una pesadilla, ya que sufre una dolorosa enfermedad que es todo un misterio para los médicos.
Este paraiseño, de 38 años, tiene unas llagas en la cabeza y parte de la cara que no se sabe qué es lo que las origina.
Evelyn Leiva, esposa de Greivin, cuenta que él llevaba una vida completamente normal, pero todo empezó a cambiar en noviembre del 2018 cuando le salió un orzuelo en el ojo derecho.
“Lo atendieron en el hospital México, en abril del 2019 y lo operaron para quitarle el bultito que le salió. Le dijeron que era un tumor benigno, pero no pudieron quitárselo todo, por lo que le dijeron que era probable que se le volviera a hacer, aunque en agosto de ese año le dieron de alta”, contó.
Greivin pasó unos meses sin problemas, pero el orzuelo volvió a aparecer y con este regresaron las citas médicas.
“Lo atendieron el 12 de enero del 2020 en el hospital Max Peralta de Cartago y le dijeron que todo parecía indicar que tenía una carcinoma, una especie de cáncer de piel, por lo que lo remitieron a la clínica oftalmológica de ese hospital.
“El 5 de marzo del año pasado le hicieron una biopsia para confirmar si era cáncer, pero no lograron llegar a una conclusión. Veintidós días después de que le hicieron la biopsia se le inflamó todo el lado derecho de la cara: la frente, el ojo y el cachete. Dijeron que tenía una celulitis (infección en las capas internas de la piel), así que lo internaron durante tres semanas para ponerle antibióticos”, narró su esposa.
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Duro camino
Lamentablemente, la situación de Greivin continuó empeorando, ya que se le empezaron a hacer úlceras y llagas que le causan muchísimo dolor.
“En el último año a mi esposo le han hecho 17 biopsias y el 23 de diciembre le hicieron una que enviaron a España, en donde un dermatólogo que comparó la muestra con 300 distintas enfermedades, pero tampoco hubo resultados positivos”.
“Estamos con la incertidumbre de no saber qué es exactamente lo que tiene Greivin, no han descartado el cáncer, pero tampoco lo han confirmado. En un momento los médicos llegaron a creer que lo que tenía era una especie de hongo negro y le pusieron quimioterapia durante tres meses, eso lo hizo decaer porque se le cayó el pelo, tuvo problemas en los riñones y también le dio anemia. Al final le suspendieron el tratamiento porque no pudieron confirmar que tuviera esa enfermedad”, contó Evelyn.
El caso del paraiseño sigue en investigación y de momento le están haciendo curaciones en las llagas tres veces a la semana en el hospital Calderón Guardia.
“Mi esposo tiene un carrito, pero por el problema del ojo no lo puede manejar, cuando algún familiar puede llevarnos nos ayuda mucho, pero de lo contrario vamos en bus.
“Hay días en los que sale muy adolorido por el tratamiento, entonces nos toca pagar taxi hasta Paraíso. Él está con cuidados paliativos y le mandan morfina, pero el efecto le dura poco, casi siempre está con dolor”.
A Greivin también lo atienden en oftalmología del Max Peralta y todos esos viajes salen caros y golpean mucho el bolsillo de la familia.
“Yo acompaño a mi esposo a todas las citas y cuando puedo hago pan para vender o alguna rifa, así vamos saliendo. Muchas personas nos ha ayudado con comida y con plata porque se nos hace difícil pagar el agua, la luz, el celular que es tan importante para recibir información de las citas médicas y hasta el Internet que tuvimos que poner para que nuestros hijos, Fernando José, de 17 años y Pablo Jozef, de 9, puedan recibir clases virtuales.
“Antes de esto Greivin trabajaba en el ICE, pero como lleva más de un año incapacitado casi no le llega nada de salario, él tiene una deuda y más bien tiene que ver de dónde saca plata todos los meses para ajustar para ese pago”.
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Unión y oración
Pese a las dificultades, Evelyn dice que su familia está más unida que nunca y cada noche oran juntos para que pase la complicada situación.
“Hay días duros, no le voy a mentir, en los que mi esposo amanece con mucho dolor y todos lloramos juntos, pero Greivin es un hombre de oración y él nos dice que agarrado de la mano de Dios va a salir adelante de todo esto”.
“Siempre hemos creído en Dios, de hecho nos conocimos en la pastoral juvenil en la iglesia y así nos hicimos novios y ya tenemos 17 años de casados, por eso siempre en las pruebas nos agarramos de Dios para salir adelante”, expresó.
La familia es un gran apoyo para esta pareja, ya que la mamá de Greivin les ayuda a cuidar a sus hijos cuando ellos tienen que ir a las citas.
“Las últimas semanas han sido complicadas por las curaciones que le están haciendo, las cuales son muy dolorosas, pero debemos ser fuertes para superar esta prueba. Sabemos que esto pasará y nos esperan muchos días de felicidad como familia”.
Si usted quiere ayudar a esta familia puede depositarle por Sinpe Móvil al número 8974-5051 o por transferencia bancaria a la cuenta del Banco Nacional CR 55015 1028 200 10230779.
“Todo pasa en el tiempo de Dios, hay que esperar la voluntad de él y seguir orando”.
— Evelyn Leiva, esposa de Greivin