Stallin Núñez y Evelyn Badilla, papás de los siameses Samuel y Ezequiel, tiene 10 meses luchando contra la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para que les den la pensión no contributiva de sus hijos.
“Iniciamos el trámite hace bastante tiempo (desde octubre del 2018) por la parálisis cerebral que padecen ambos niños, pero primero fue declarada como no calificada y cuando apelamos la declararon sin lugar, por lo que tuvimos que irnos por la vía legal”, explicó don Stalin.
“Para demostrar que sí calificábamos, solicitamos un peritaje al Poder Judicial y se demostró que médicamente ellos (los siameses) son candidatos a recibirlos ¢78.000 mensuales que brinda dicha pensión”, añadió el papá.
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El otro rubro es la condición socioeconómica, la cual no es la más idónea porque ambos padres están desempleados para poder atender las múltiples necesidades de salud y las citas en 17 especialidades del Hospital Nacional de Niños.
Incluso, don Stalin aparece inscrito en el Sistema Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del Estado por su condición de vulnerabilidad, pero ni así se las otorgan.
Los niños y sus padres deben ir todos los viernes al hospital de Niños a cita, además de las atenciones en las especialidades nefrología, neurología, cirugía reconstructiva, fisiatría, neumología, unidad de desarrollo y clínica y deglución, pediatría general, oftalmología, audiología, clínica de heridas, gastroenterología, neurocirugía, cuidados paliativos, clínica de traqueostomizados, nutrición de cuidados paliativos, cardiología, terapia física y otorrinolaringología.
“Algunas familias de buen corazón nos tienden la mano, pero entendemos que no es su obligación y no siempre pueden hacerlo, por lo que lo que pedimos es poder contar con una pensión que nos garantice un ingreso fijo mensual para ayudarnos a cubrir las múltiples necesidades de los niños”, agregó Núñez.
Según esta familia, oriunda de Coto Brus y residentes en Paraíso de Cartago, la traba la ha puesto la apoderada general judicial de la Caja, que indica que “tenemos la edad y la capacidad para valernos por nosotros mismos, lo cual es cierto, pero no se trata de eso, sino que por la condición de nuestros niños demandan nuestra atención y cuidados todo el día, además de que no podemos exponerlos a virus de la calle que podríamos contraer en un trabajo”, aseguró el padre.
Enviamos la consulta a la Caja a través de su oficina de prensa, quienes nos respondieron que la remitieron a la gerencia de pensiones, pero al cierre de edición no recibimos respuesta.
Samuel y Ezequiel fueron separados el 23 y 24 de febrero del 2018.