El papa Francisco pidió a los fieles católicos armarse de coraje para luchar contra la hipocresía y las medias verdades que dividen a la iglesia.
La petición la hizo este miércoles durante la audiencia general en la sala Pablo VI del Vaticano.
El pontífice advirtió que la hipocresía está poniendo en peligro la unidad en la iglesia y por eso pidió a los católicos quitarse la máscara de la falsedad. Además, alentó a los feligreses a no tener miedo a la verdad.
“La hipocresía es particularmente detestable en la Iglesia y lamentablemente existe. Hay tantos cristianos y ministros hipócritas”, reconoció.
“La hipocresía es el miedo a decir abiertamente la verdad, es fingir o aparentar para quedar bien a los ojos de los demás”, añadió.
Las palabras del papa coinciden con el intento de generar controversia por los sectores ultraconservadores sobre una posible renuncia del papa Francisco, luego de su operación de colon en julio pasado.
En un artículo publicado el lunes en el diario ultraderechista Libero Quotidiano, en el que no se citan fuentes y está firmado por Antonio Socci, entre los mayores críticos de Francisco, se aseguró que el pontífice estaría listo para renunciar por sus problemas de salud.
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El líder de la Iglesia católica está luchando también por fortalecer, desde la liturgia eucarística, la fe, ya que la pandemia del coronavirus ha hecho que muchos fieles se enfríen y dejen de asistir a misa.
Si bien es cierto durante meses los templos estuvieron cerrados como medida preventiva para evitar contagios del virus, ya se retomaron las eucaristías, pero pareciera que ya no tienen el mismo significado, es por eso que el religioso le pide a los sacerdotes actuar por medio de la liturgia para que la mise recupere su sentido.
“El amor al Señor y la creatividad pastoral empujaron a los pastores y a los fieles laicos a explorar otros modos de alimentar la comunión de fe y de amor con el Señor y con los hermanos, a la espera de poder volver a la plenitud de la celebración Eucarística con tranquilidad y seguridad... Fue una espera dura y dolorosa, iluminada por el misterio de la cruz del Señor y fecunda en muchas obras de atención, amor fraterno y servicio a las personas que más sufrieron las consecuencias de la emergencia sanitaria”, expresó el papa.
“La asamblea dominical está desequilibrada tanto por la presencia generacional y la desigualdad cultural, como por la dificultad de encontrar una integración armoniosa en la vida parroquial, para ser la verdadera cumbre de todas sus actividades y fuente de dinamismo misionero”.
Desde que fue elegido papa en marzo del 2013, Francisco ha aguantado distintos ciclos de críticas.
En los últimos meses, debido al creciente escepticismo acerca de la vacuna contra el coronavirus, el papa se ha enfrentado también a grupos de religiosos conservadores contrarios a la vacuna y les ha pedido animar a la vacunación generalizada para que la situación mundial mejore.