Doña Johanna Gómez, vecina de Belén, por trabajar no pudo ir a la iglesia de su comunidad, este 25 de marzo, que se unió a misas en todo el planeta y en el Vaticano, para pedir por la paz del mundo y consagrar al corazón de María a Rusia y Ucrania.
Sin embargo, no quiso perderse la oportunidad de unirse en oración al papa Francisco, quien desde la basílica de San Pedro, Roma, presidió la misa, por eso, sintonizó radio Fides, en su escritorio de trabajo y estuvo pegada a la celebración.
“Diría que es un mensaje difícil, porque habló sobre el miedo y que Dios se debe presentar para devolver la paz. El papa mismo dijo que esto no se resuelve solo, que se requiere de sabiduría y nos lleva a pensar en el perdón. Le pidió a la Virgen que lo tome en sus manos y lo guie…lo sentí muy triste al papa”, nos comentó doña Johanna.
De hecho, en la misa el papa Francisco condenó la “guerra odiosa”.
“Estos días las bombas destruyen las casas de muchos de nuestros hermanos ucranianos indefensos”, dijo el papa durante la misa antes de encomendar Ucrania y Rusia a la Virgen María.
“Esta guerra odiosa provoca en todos miedo y desolación”, afirmó el papa ante unas 3.500 personas, entre las que se encontraban el embajador ucraniano y representantes del cuerpo diplomático, incluido don Federico Zamora, el embajador de Costa Rica ante el Vaticano.
“Fue una ceremonia muy bella, sobre la penitencia y la consagración del corazón inmaculado de María.
“Con mucha oración para que vuelva la paz en Ucrania. Decenas de sacerdotes (en distintos idiomas) recibieron la confesión de miles de cristianos que participábamos de la ceremonia”, describió Zamora.
Alrededor de unos dos mil fieles se reunieron en la plaza de San Pedro para seguir la ceremonia en pantallas gigantes, según el servicio de prensa de la Santa Sede, mientras que los sacerdotes y obispos de todo el mundo estaban llamados a rezar al mismo tiempo.
En la basílica de Nuestra Señora de Los Ángeles, en Cartago, esta misa papal se siguió por pantallas.
Estuvieron presentes monseñor José Manuel Garita, presidente de la Conferencia Episcopal; monseñor Mario Quriós, obispo de Cartago, entre otras autoridades religiosas, además hubo representantes del Gobierno y feligreses.
Muestra de la importancia otorgada por el Vaticano a este evento, el texto de oración se había difundido con anterioridad en 35 idiomas, algo poco común en el Vaticano.
En las últimas semanas, el papa (que ha conversado con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski y también con el patriarca ortodoxo ruso Kirill) ha multiplicado los llamamientos a la paz en Ucrania, denunciando la “masacre” en un país, donde “corren ríos de lágrimas y sangre”.
El secretario de la Nunciatura Apostólica, el sacerdote Lorenzo Lancuta, en la basílica de Los Ángeles en Cartago, como representante del papa Francisco en nuestro país, dijo: “Aquí también el Señor da hoy su bendición, nos da su paz. Más que estar juntos, la belleza que nos salvará es estar juntos en la presencia de Dios, como hoy. Estar juntos y contemplar la belleza del corazón de María.
“La paz del mundo empieza con la paz en nuestra casa, en nuestra familia, en nuestra comunidad de trabajo y de vida. La verdadera paz del mundo empieza con la paz de nuestro corazón”.