Por años, Yadira Maliaño Zamora, de 41 años, ha luchado contra viento y marea para sacar adelante a su familia. Madre soltera de cuatro hijos, dos menores y dos mayores, ha trabajado más de 25 años en la costura para llevar el pan a la mesa.
Y ahora, su esfuerzo y fe han sido recompensados de la manera más inesperada: fue escogida por el Papa Francisco para ser beneficiaria de la Campaña “13 Casas”, un proyecto que busca darle hogar digno a quienes más lo necesitan en el mundo.
El anuncio lo hizo el Santo Padre el pasado 17 de noviembre, en la Jornada Mundial de los Pobres, cuando bendijo 13 llaves de bronce que simbolizan las viviendas que serán construidas en los países seleccionados, entre ellos Costa Rica.
Un milagro
Doña Yadira vive en el precario Bajo Zamora de Purral, en condiciones muy difíciles. Su casita es de latas y madera vieja, con goteras que la hacen pasar noches enteras sin dormir cada vez que llueve.
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“Siempre le he pedido a Dios un techo digno para mis hijos. Yo trabajo muy duro, pero nunca ha sido suficiente para una casa propia. Cuando me dijeron que me habían escogido no lo podía creer, se me salieron las lágrimas. Es un milagro”, cuenta emocionada.
Gracias a la Familia Vicentina de Costa Rica, que ha acompañado a Yadira y sus hijos en los últimos años, ahora su sueño será una realidad.
La casa que recibirá no solo será un hogar seguro, sino que además incluirá un taller de costura para que ella pueda seguir con su emprendimiento y ayudar a otras mujeres en situaciones similares.
La vivienda tendrá un costo aproximado de ¢45 millones y será adquirida ya construida para garantizar calidad y rapidez en la entrega. Sin embargo, aún falta reunir los fondos necesarios, por lo que la Familia Vicentina está organizando una campaña para completar la meta entre julio y agosto de 2025.
“Esta es una oportunidad única para cambiar la vida de una familia. Sabemos que los costarricenses tienen un gran corazón y que con su apoyo lograremos que doña Yadira tenga el hogar que tanto ha soñado”, expresó Guillermo Hernández Padilla, integrante del grupo Matrimonios Vicentinos.
Y la historia no termina ahí. En noviembre de 2025, las 13 familias beneficiadas con las casas viajarán a Roma, donde recibirán una bendición especial del papa Francisco en la Basílica de San Pedro, en un gesto simbólico de unión y solidaridad mundial. El propio papa les dará las llaves de las casitas a todos.
Si usted quiere ser parte de este milagro y ayudar a doña Yadira a tener su casa propia, puede realizar su donación a través de GoFundMe o seguir las redes sociales de la Familia Vicentina de Costa Rica en Instagram y Facebook. También al SINPE Móvil 8648-0561, a nombre de la Asociación Vicentina Congregación la Misión.
“Dios va delante de mí”
Conversamos con doña Yadira a quien encontramos hasta llorando de la felicidad. “Es que usted no se imagina lo que sentí, lo que sintió mi familia cuando vino el padre Rolando a decirnos que habíamos sido bendecidos por el propio papa, que ya el papa bendijo la llave de mi casa.
“Sentí en el corazón que Dios escuchó mis oraciones. Dios atendió mi fe, la fe de mis hijos. Siempre he dicho que Dios va delante de mí, que él quien me saca adelante porque yo lo sigo. Todo lo que hago es para agradar a Dios”, comenta con alegría y todavía con demasiada sorpresa.
“No terminamos de creer que el propio papa me dará una casita. Le digo a mis hijos que desde ya se vean en esa casa, se vean en los cuartos, durmiendo en las camitas lindas, que nos veamos en la sala, en el patio. Le puedo confirmar que ya yo estoy en esa casa viviendo porque así me enseñaron mis abuelos y mi mamá a creer en Dios incluso antes de que se den las cosas”, agrega doña Yadira quien es católica por herencia de sus abuelos (doña Vicenta González de 89 años y don Catalino Zamora, ya falleció) y su mamita 8doña Genoveva Zamora de 64 años).
¿Cómo se prepara para ir a ver al papa Francisco en persona? “Es increíble. Es la mano de Dios mostrándose plenamente. Mi hija (Brianna) me dice que ella quiere ir a conocerlo también. Estoy demasiado agradecida con Dios desde hace mucho porque yo he trabajado muy duro, antes de ser costurera hacía tortillas y Dios nunca me abandonó, siempre me tuvo comida en la mesa para mi familia.
“La casita es solo una demostración más de cómo Dios ha sido parte de mi familia, él siempre nos acompaña y nos bendice, eso lo sé desde hace mucho tiempo. Ahorita estoy demasiado feliz porque por fin tendré una casita digna, mis hijos podrán vivir en un hogar super especial. Imagínese si es especial que me lo da el mismo Dios a través del papa Francisco”, aseguró.