El papa Francisco bendijo a los ticos entre jícaras, café, el Negrito de Esquipulas y hasta chineó a la Virgencita de los Ángeles, el pasado 26 de agosto en el Vaticano.
Que nos cayera a los costarricenses la bendición papal justo en el mes de la Independencia fue obra del diácono Francisco Venegas Castro, quien ahora vive en Tilarán, pero nació y fue criado en Nandayure de Guanacaste.
En un viaje de placer, pero con mucho amor a Dios y a la patrona de Costa Rica, el diácono acomodó en su maleta una imagen de la Negrita y del Santo Cristo de Esquipulas de Santa Cruz, Guanacaste.
Además, con mucha fe llevó unas jícaras que hizo doña Tania Badilla, de Bagaces, con ilustraciones conmemorativas a los 200 años de patronazgo de la reina de Los Ángeles y café de los caficultores guanacastecos de CoopeCerroAzul.
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Desde el pasado 10 de agosto, don Francisco viajó a Europa con su familia, pero como llevaba varias cositas ticas con la intención de dárselas al papa Francisco, le pidió permiso para hacerlo a su obispo, monseñor Manuel Eugenio Salazar, de la diócesis de Tilarán-Liberia, quien de inmediato lo autorizó.
“Como todo se hizo en regla, desde el Vaticano me enviaron una nota en la cual me confirmaron la cita para el 26 de agosto a las 10 de la mañana. Llevé todo lo que alisté en la maleta que representaba a mi patria y fui atendido por el sacerdote Francisco Gallardo, quien es mexicano.
“Directamente el sacerdote Enrico Massignani (subsecretario adjunto de la Oficina del Clero en el Vaticano), me dijo que iban a encargarse de llevarle las jícaras, la imagen del Santo Cristo de Esquipulas, el cafecito y la Virgencita al papa. El padre Gallardo me confirmó que el papa recibió todo y que después de informarse bien sobre la Negrita, dijo: ‘Voy a bendecir a la Virgen de Los Ángeles y con ella a todos los costarricenses que viven en esa tierra tan linda, Costa Rica’”, comenta el diácono.
El propio padre Gallardo, quien nació en Monterrey, México, se encargó de devolverle la Negrita bendecida a don Francisco, quien se la trajo para Costa Rica.
Gracias a las autoridades del Vaticano, al diácono le enviaron varias fotos del momento en que el papa está con nuestra patrona y nos contó que él estaba en Asís, Italia, en la tumba de san Francisco, cuando él y la familia vieron las fotos todos se pusieron a llorar de la alegría.
Eso sí, el papa Francisco se dejó la imagen del Sant Cristo de Esquipulas y todo lo demás. Como siempre, agradeció lo que él considera “el mejor café del mundo”.
La Negrita que el papa bendijo fue una de la colección “Desde el Origen”, hecha por el escultor costarricense Luis Alonso Ramírez, quien se preocupó por hacer a la Patrona de Costa Rica prácticamente exacta a la original de la aparición que están en la basílica de los Ángeles en Cartago. Con el mismo peso y altura.