Don José Garos llegó este jueves a la sede del TEC, en San Carlos, porque quería ver cara a cara a los diputados y exigirles un cambio para el país.
A él le tocó pasar por algo que ningún papá debería: sepultar a su hija, Yuliana Ureña, luego de que un ingrato le arrebatara la vida y dejara su cuerpo en un lote baldío en Ciudad Quesada.
El crimen ocurrió en setiembre del año pasado y cambió para siempre la vida de la familia de Yuliana que no se resigna a la terrible forma en la que acabó su vida.
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Cuando don José se dio cuenta de que los diputados vendrían a sesionar este jueves por primera vez en la historia a San Carlos, no lo pensó dos veces para llegar al TEC porque siente un gran dolor en su pecho y quiere que los diputados hagan algo al respecto.
“La Asamblea Legislativa está conmemorando el Día Internacional de la Mujer y creo que deberían crear leyes que protejan a nuestras hijas, nuestras hermanas, a todas las mujeres. Yo le apuesto a usted a que la mayoría de personas sienten miedo de que sus hijas salgan a la calle y les vaya a pasar algo y mientras tanto los diputados hacen leyes, pero no enfocadas en endurecer castigos y penas, sino en otros temas.
“Les pido a los diputados que se pongan la mano en el corazón, le apuesto que, Dios no quiera, pero si a la hija de un diputado le pasa algo así ahí si todos van a correr, pero para nosotros los costarricenses no pasa nada. Cuando los diputados llegaron a las curules debieron olvidarse de los colores políticos y trabajar para el pueblo”, dijo el dolido papá.