“El lenguaje es como una caja de recuerdos, todo a lo que el hombre le significa algo, ya sea bueno o malo, tiene un nombre y merece ser recordado para siempre”.
Así describe la función de cualquier lengua Víctor Manuel Sánchez, presidente de la Academia Costarricense de la Lengua.
Él recuerda que el mundo está pasando por un momento muy duro, lleno de cambios y es por eso que la Real Academia Española está agregando a sus archivos palabras que ayuden a recordar para siempre este momento de la historia.
De ahí viene la incorporación al idioma de la palabra covidiota, cuya definición oficial es “persona que se niega a cumplir las normas sanitarias dictadas para evitar el contagio de la covid”.
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Pero esa no es la única palabra relacionada con la pandemia que la RAE ha aprobado en los últimos meses, también está coronaplauso, que significa “aplauso sincronizado de la población para agradecer la labor de los trabajadores esenciales durante la pandemia del coronavirus”.
Palabra fuerte
Para el médico Marco Vinicio Boza la incorporación de la palabra covidiota al lenguaje tiene un gran significado, pero a la vez dice que hay que tener mucho cuidado.
“El problema que yo le veo a la palabra es que es muy fuerte, posiblemente de mayor uso en países como España en dónde es común que una persona le diga a otra: ‘no seas idiota’.
“En Costa Rica idiota es una palabra muy fuerte que tiene una tremenda connotación negativa y dependiendo de quien te la diga podés tener reacciones muy violentas.
“A los costarricenses no nos gusta que nos digan idiotas, aunque lo seamos, preferimos que se le dé vueltas al idioma con el fin de no usar palabras con un tinte tan ofensivo”, dijo.
Buena definición
Boza sí coincide con la definición de que un covidiota es la persona que no respeta las medidas sanitarias y comentó que incluso podría incluirse entre esas personas a quienes no creen que realmente haya un virus matando personas a nivel mundial y se atrevan a decir que todo es un invento del Gobierno.
“Se han inventado un montón de palabras, algunas muy simpáticas: todo lo asociado a covid se llama covidezco, hay un covidiccionario, si algo tiene que ver con covid también se puede decir covídico. La persona que tiene dengue y covid, por ejemplo, es un covidengue y quienes tienen influeza (gripe) y covid tienen covidinfluenza.
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“Es muy bonito ver cómo las personas juegan con el idioma para describir la realidad, eso nos hace ver la importancia del lenguaje en nuestra vida cotidiana. Los seres humanos creamos palabras, las modificamos, cambiamos el acento de ellas para darle significado a las cosas, a las experiencias y muchas veces para generar entendimiento.
“A mí se me ocurrió inventar el nombre ‘coronafurris’, evidentemente es una construcción costarricense, no creo que en otros países se pueda entender lo que quiero decir con eso, lo que quiero dar a entender es que el coronavirus es bien furris”, dijo Boza.
El epidemiólogo Juan José Romero, de la UNA, también coincide con que la definición que le dio la RAE a la palabra covidiota es acertada, pero le agregaría alguito más a la definición.
“Es corta, precisa, concisa y maciza. Uno podría pensar que tal vez le hace falta cosas más explícitas como quien cree en teorías conspiranóicas respecto al origen de la covid, que cree en cuentos y por eso es antivacunas y cosas así por el estilo, pero al fin y al cabo todo se resume en esas pocas palabras que tiene la definición”, expresó el especialista.
Yayo Vicente, quien también es epidemiólogo, dice que la palabra la ve un poco agringada, ya que viene de esos rumbos.
“La verdad es que hemos venido aprendiendo sobre la marcha de esta nueva entidad (el coronavirus). Conforme más se investiga, más conocemos, por eso algunas recomendaciones iniciales ya no son tan necesarias y otras comienzan a tener mayor importancia. Así es la ciencia, que no es dogmática y cambia conforme la buena investigación devela la verdad.
“Esta singularidad hace que algunos sean escépticos, incrédulos, pues se sienten más seguros con certezas, aunque la nueva evidencia muestre que están equivocados. El avance científico es una ruta constante para aproximarse a la realidad”, dijo Yayo sobre las personas que no se ajustan a las normas.