Esteban Solís es un joven de Paso Ancho, en San José, que demuestra que los milagros existen.
Hace ocho años él recibió un balazo en la cabeza y estuvo al borde de la muerte, pero contra todos los pronósticos médicos se ha ido recuperando y ya incluso camina.
Una de las principales características del valiente muchacho es que siempre está feliz; sin embargo, desde el viernes pasado perdió la sonrisa porque Lucas, su perrito y fiel compañero, sufrió un accidente.
El animalito estaba en un sillón, se resbaló y cayó al suelo, puso mal la pata delantera izquierda, se la quebró y tuvieron que llevarlo al veterinario.
Wálter Solís, papá de Esteban, dice que el mundo se les vino encima porque resulta que la lesión de Lucas necesitó una operación muy costosa.
“Primero lo llevamos a una veterinaria y ahí nos dijeron que tenían que ponerle una platina en la pata y que la operación salía en ¢321 mil, pero que ellos ahorita no tenían el tipo de platinas que se ocupaban para estos perritos tan pequeños. Entonces lo llevamos al hospital de Especies Menores y Silvestres de la UNA y ahí lo recibieron porque sí tenían las platinas, solo que la operación ahí nos salió más cara (¢350 mil, que incluye anestesia, cirugía, terapia física, radiografías y exámenes de sangre)”, contó.
Don Wálter cuenta que la situación económica de la casa no es la mejor, ya que aún arrastran secuelas de la pandemia, pero sabe que el perrito es una gran compañía y motivación, incluso lo ayuda como terapia, por eso están viendo cómo terminan de reunir la plata y pagar el tratamiento.
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El mejor regalo
Esteban contó que Lucas es un chihuahua, tiene tres meses y llegó a su casa hace mes y medio. Su hermano Carlos hizo un esfuerzo y se lo compró para que lo acompañara durante el día ya que él y sus papás salen a ganarse el arroz y los frijoles.
“En este poco tiempo que ha estado conmigo se ha encariñado mucho y me ha demostrado que de verdad los perritos son amigos incondicionales; él es muy apegado a mí, siempre me sigue por todo lado y está pendiente de lo que hago. Cuando está conmigo y alguien más lo llama, no va, prefiere quedarse conmigo”, dijo Esteban.
“Mi perrito para mí significa todo, él es una compañía incondicional, es increíble cómo un perro tan pequeño entiende tanto mi condición, sabe que me cuesta hacer muchísimas cosas, pero me tiene paciencia, por eso lo he aprendido a amar tanto”.
Erika Badilla, enfermera especialista en salud mental y coordinadora del proyecto de terapia canina del hospital San Juan de Dios, explica que en casos como el de Esteban el tener un perrito es un gran aliado en la recuperación.
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“Desde el primer contacto un perrito puede hacer una gran diferencia en la recuperación de una persona, desde el momento en que las yemas de los dedos tocan el pelito del animal empieza la estimulación de neurotrasmisores y se liberan hormonas como la oxitocina, serotonina que hacen a la persona sentir bienestar”, dijo Badilla.
“Los pacientes siempre le dicen a uno que el trato amoroso es lo que más los ayuda a recuperarse y, efectivamente, el recibir amor ayuda mucho a superar cualquier situación de salud y en este caso este perrito le da al muchacho amor incondicional todo el día, es su compañía. No importa que el perrito no esté entrenado porque es algo que ya trae, es cariñoso y apegado a su dueño y eso es lo importante para que tenga un aspecto terapéutico”.
Cirugía complicada
El veterinario Mauricio Jiménez, director del hospital de Especies Menores y Silvestres de la UNA, contó que a Lucas lo operaron el martes en la tarde y que la cirugía fue bastante compleja ya que el perrito es muy pequeño.
“Hubo que ponerle una platina para corregir los dos huesos dañados. La fractura fue bastante fea y además ya habían pasado varios días desde que se cayó y no es bueno esperar tanto. Otro de los aspectos que preocupan es que tiene muy poca edad y que está anémico”, dijo el especialista.
Habrá que esperar unos días para ver la evolución del perrito y rogar para que todo salga bien y que Lucas vuelva a casa a alegrar los días de Esteban, quien lo espera con ansias.
Mientras tanto, los dueños del animalito se están moviendo para ver cómo consiguen la plata y pagar la operación. Ya consiguieron una parte prestada, pero aún les falta una parte y deben devolver el préstamo lo antes posible.
Si usted quiere ayudar a esta familia puede hacerle depósitos por Sinpe móvil al número 8836-9857; ellos le estarán eternamente agradecidos.