El padre Sergio Valverde sigue montado en un avión llevando felicidad a miles de niños en todo América. Primero, hace unos días tres pequeños le robaron el corazón en el municipio de Totonicapán en Guatemala, donde organizó una fiesta para más de 5.000 niños.
Y este fin de semana el padrecito no aflojó y se llevó la fiesta para la Ciudad de Guatemala, donde llenó de ilusión y le puso una sonrisa en la carita de 3.000 pequeños, que nunca van a olvidar la fiesta que les organizaron.
Según nos contaron desde Obras del Espíritu Santo, en la fiesta asistieron niños provenientes de nueve comunidades parroquiales, donde la mayoría de ellos -- por no decir que todos--, viven en condiciones de pobreza extrema.
Duras condiciones
De hecho, la mayoría de ellos, unos 1.400 niños, viven en un lugar llamado el Vertedero Municipal, que es uno de botaderos de basura más grandes de Centroamérica.
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Ahí, los pequeños se dedican a bucear entre los desechos buscando restos de comida o materiales que se puedan reciclar, para llevar aunque sea un poco de platita a sus casas.
Lo doloroso es que estos pequeños desarrollan condiciones de salud y erupciones en sus manitas, piel, pelo, dientes y uñas, por estar expuestos al gas metano de la basura.
Otros 1.000 niños llegaron de las aldeas de San Juan Sacatepéquez, donde ellos y sus familias se dedican al negocio de la pólvora, lo que los hace muy vulnerables a accidentes y quemaduras.
Felicidad pura
Si hay algo que el padre Sergio sabe hacer son fiestas y todos los que hemos tenido la dicha de asistir a una, sabemos de primera mano, el fiestón que puede llegar a ser.
Los niños corriendo por todo lado, las risas no hacen falta y la música que le pone sabor a la pachanga. En este caso, los pequeños fueron recibidos con quequito, comidita, dulces y, claro, no podían faltar los regalos.
“Estamos seguros que esta fiesta viene a alivianar el dolor y la miseria del día a día de estos niños”, dijo Carmen Arias de Obras del Espíritu Santo y una de las organizadoras del evento.
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Incluso, el padrecito se consiguió unos autobuses para llevar y traer a los niños y sus familias al Gimnasio de la Comunidad Monte Carmelo, en la zona 3 de Mixco, donde celebraron con todo este fin e inicio de año.
De hecho, el padre Sergio lleva una muy buena racha con sus fiestas navideñas. En Costa Rica le abrió las puertas a más de 45.000 niños, en Guatemala fueron 8.000 y en El Salvador ya tienen todo listo para realizar tres fiestas más, con unos 2.300 niños recibiendo un momento de alegría.