Kalebh Villegas Vargas, es un vecinito de Alajuelita, tiene 9 años y, como él mismo asegura, es un milagro de Dios porque cuando ni la medicina daba nada por su vida una visita muy especial marcó un cambio en su salud.
Este alajueliteñito nació el 23 de noviembre del 2014. Los primeros cuatro meses de vida fueron perfectos, todo normal en la salud, pero el 30 de marzo del 2015 todo cambió para siempre porque se enfermó tan fuerte que pasó los siguientes seis meses en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en el Hospital de Niños.
Nos cuenta la mamá, doña Kaina Vargas Valverde, que a su hijo lo atacó una bacteria que todos tenemos en el cuerpo, pero que a una en un millón de personas se les desarrolla para mal.
Otras bacterias aprovecharon la baja en las defensas de Kalebh y también lo infectaron, provocándole que una gran parte del intestino grueso se le muriera y por eso se le tuvo que practicar una colostomía.
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“Las bacterias afectaron mucho a mi hijo, demasiado, tanto así que terminó en Cuidados Intensivos y los doctores lo desahuciaron, nos dijeron que ya no había más qué hacer y por eso lo iban a desconectar de los aparatos que le tenían para que se mantuviera con vida”, recordó con dolor doña Kaina.
Desahuciado
Nos recuerda la mamá que, muy llenos de fe, el Domingo de Resurrección del 2015 la familia se fue a participar en la Caravana de la Resurrección que organiza el padre Sergio Valverde de Obras del Espíritu Santo. Andaban buscando un milagro.
“Jamás olvidaré que estando la familia en la caravana nos llamaron del Hospital de Niños para decirnos que si podíamos ir a despedirnos de Kalebh porque era un hecho que le quedaban muy pocas horas de vida, tanto así que hasta lo bautizaron a la carrera en el mismo hospital”, asegura la mamá.
El padre Sergio se dio cuenta de la situación que estaba viviendo esta madre y el resto de la familia y como el recorrido de la caravana siempre pasa por el Hospital de Niños, no lo pensó dos vecespara subir, como siempre lo hace, hasta Cuidados Intensivos, pero nunca entra.
Pero ese día el sacerdote llegó a las puertas de la UCI del Hospital de Niños, las cuales se abren solo si se aprieta un botón especial, llevaba al Santísimo y de un pronto a otro las puertas se abrieron solas.
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Fue así que el padre Sergio pudo entrar hasta donde estaba Kalebh y le puso el cuerpo de Cristo al frente y rezó por el bebito, quien luchaba por su vida en estado de coma inducido por los médicos.
“No fui como a echarle los santos óleos, al contrario, fui con el Santísimo a rezar por vida, por salud, por recuperación. Alabamos al Señor un día de resurrección. Dios hace maravillas, hace milagros. Kalebh es un verdadero milagro de Dios.
“Recuerdo que cuando fuimos las enfermeras del Hospital de Niños lloraban y movían su cabeza como en negación porque ellas sabían médicamente que ya no había nada qué hacer por Kelebh, pero Dios es quien tiene la última palabra. Había algo más por hacer y Dios lo hizo”, recordó el padre Sergio.
Larga lucha
Después de la llegada del Santísimo a la UCI, Kalebh comenzó a mejorar, pasó de desahuciado a un niño con poquísimas esperanzas de vida, después a tener algunas esperanzas de sobrevivir y así siguió hasta el día de hoy que tiene nueve años y está puras tejas.
Claro, aclara la mamita que no ha sido fácil, el proceso médico arrancó a los cinco meses y sigue hasta el día de hoy. Hablamos de 17 cirugías, pero Kalebh todo lo supera y siempre termina alegre y muy agradecido con Dios.
“Para mí ha sido un proceso bastante duro, pero yo le puedo decir a las personas que Dios es bueno. Soy un niño normal, tengo una cicatriz muy grande en mi pacita que me recuerda que soy un guerrero y soy feliz.
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“Ahora solo necesito tener una dieta saludable y seguir con mis citas. Mi mamá y mi familia son un apoyo. Mis primos son mis mejores compañeros para pasar cada momento en el hospital, ellos me esperan en la casa siempre muy felices”, cuenta Kalebh lleno de vida y alegría.
Está en cuarto grado de escuela y le encanta el fútbol, de hecho, cuando sea grande quiere convertirse en futbolista profesional y vestir la camiseta de su amado Saprissa.