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Padre Javier Francisco Dengo, un ermitaño nombrado exorcista

En el año 2000 fundó los siervos ermitaños penitentes carmelitas teresianos de la Divina Misericordia

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El sacerdote Javier Francisco Dengo nació el 28 de diciembre de 1959 en el centro de la provincia de Heredia, tiene 61 años.

Hace 21 años decidió retirarse de este acelerado mundo para dedicarse a orar por los más necesitados en soledad y en silencio. Fundó los Siervos Ermitaños Penitentes Carmelitas Teresianos de la Divina Misericordia, una asociación pública de fieles que pertenece a la diócesis de Tilarán-Liberia, que le dio el visto bueno al grupo.

Monseñor José Salazar Mora, obispo de la diócesis de Tilarán-Liberia, quien el pasado 8 de junio nombró exorcista al padre Javier Francisco Dengo Esquivel
El padre Dengo se mantuvo por años alejado de todo y solo un día al mes daba misa. Tomada del Facebook del padre Dengo. (Alejandro Cabezas/Diócesis de Tilarán-Liberia)

Es una comunidad de clausura, es decir, quienes la integran tienen prohibido salir del convento o monasterio que habitan y no pueden entrar personas de fuera.

Llevan una vida contemplativa, o sea, dedicada a la oración, la meditación y el trabajo. La comunidad tiene sus raíces en la espiritualidad de los carmelitas descalzos y de la Divina Misericordia revelada a Faustina Kowalska, una religiosa polaca a quien la Iglesia católica venera como santa.

Esta comunidad de retiro estuvo durante muchos años a pocos kilómetros de Nuevo Arenal, en Guanacaste. Al inicio, el padre Dengo estuvo solo cuatro años, después llegaron cuatro jóvenes.

De Nuevo Arenal se retiraron a la Diócesis de San Carlos con los permisos respectivos de sus obispos. Ahora, regresa a la Diócesis de Tilarán-Liberia para llevar de nuevo su vida de oración y contemplación con el nombramiento como sacerdote exorcista.

Un día en la vida de este sacerdote se divide así: ocho horas de oración, ocho de trabajo y ocho de descanso. Se mantiene él mismo con lo que cultiva.

El cura hizo sus estudios sacerdotales en el Seminario Central de San José y fue durante varios años sacerdote en la diócesis de Tilarán-Liberia antes de tomar la decisión de comenzar un estilo de vida más calmado y apartado, como se dice, del mundanal ruiso.

Tiene al Espíritu Santo

Las misas que el padre Dengo daba una vez al mes a las 10 a.m. en el santuario de la Divina Misericordia, en Nuevo Arenal, eran un superllenazo de no menos de 1.500 personas.

La gente llegaba a esperar que abrieran los portones a las dos de la madrugada... del día anterior.

De izquierda a derecha, Dora María Arrieta Arrieta .(Cartagena), Eva Vasquez Navarrete (San José), Josefina Vásquez Contreras (Santa Cruz) y Lidiette Vásquez Contreras (Belén Carrillo), asistían a las misas del padre Javier Francisco Dengo Esquivel en el Santuario de la Divina Misericordia en Arenal, Guanacaste.
Doña Dora, doña Eva, doña Josefina y doña Lidiette, aseguran que el padre Dengo tiene al Espíritu Santo en su corazón. Cortesía. (Cortesía)

Doña Lidieth Vásquez Contreras, Eva Vásquez Navarrete, Josefina Vásquez Contreras y María Arrieta Arrieta asistieron puntuales a esas misas entre el 2015 y el 2017. Iban en una buseta con otras 20 personas que recogían en Cartagena, Belén, Sardinal, Filadelfia y La Palmira.

“El padre Dengo tiene al Espíritu Santo, de eso no hay duda. Sus misas eran como un regalo de Dios, uno estaba deseando que llegara el día del mes de esa misa para ir a disfrutar varias horas de paz. No importaba lo que él durara, porque duraba su misa más de tres horas. Sus prédicas le llenaban el corazón a uno de Dios”, asegura doña Lidieth.

Quisimos saber qué piensa de que lo hayan nombrado exorcista.

“Hay una gran felicidad, una persona tan llena de Dios no tendrá problemas en ayudarles a quienes tengan problemas de demonios; de hecho, en sus misas él hacía oraciones de liberación y mucha gente, realmente, terminaba librándose de posesiones. Él tiene paz, amor y sanidad”, añadió la creyente.

Muy necesario

En febrero del año pasado les informamos del caso de una familia que perdió a un miembro producto de una brujería que enterraron en la casa.

Monseñor José Salazar Mora, obispo de la diócesis de Tilarán-Liberia, quien el pasado 8 de junio nombró exorcista al padre Javier Francisco Dengo Esquivel
Esta es la carta en que oficialmente la iglesia católica acepta que nombró un exorcista en el país. Cortesía. (Alejandro Cabezas/Diócesis de Tilarán-Liberia)

Fue de la mano Jorge Bernáldez Calderín que se comprobó lo que pasaba porque él mismo encontró la brujería después de meter un cuchillo en la tierra. Don Jorge es cubano, médico naturista, psicólogo, demonólogo y sacerdote de la Iglesia católica episcopal.

El caso lo dio a conocer el grupo paranormal Tiquicia entre tumbas, de Federico Vargas Delgado, quien en el 2020 hacía investigaciones paranormales junto a Israel Barrantes.

Federico celebró el nombramiento oficial de un exorcista en el país.

“Me da tremenda alegría que la Iglesia católica nombre un exorcista, es muy necesario en Costa Rica. Siempre que se ocupó un exorcista había que pensar en traerlo del extranjero, ahora todo será distinto y es mucho mejor que sea tan abierto porque el tema de los exorcistas siempre es como escondido, silenciado”, opinó.

“En una ocasión, y solo le doy un ejemplo pequeñito, fui a una casa porque nos dijeron que tenía un demonio. El señor nos recibió muy bien y revisamos toda la casa, pero no encontramos nada. Al despedirnos, al señor le cambió la cara, la voz y comenzó a maldecir, la posesión que tenía la casa se le pasó a él y ameritaba un exorcista. El país tiene muchos casos urgentes que ocupan los dones del padre Dengo”, aseguró Federico.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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