En estos días en los que miles de ticos realizan la romería para agradecerle a la Negrita los favores concedidos, muchos acostumbran contar los milagros que les otorgó la Negrita o caminan en procura de recibir uno.
Carlos Humberto Abarca, cura párroco de San Antonio de Desamparados, ha sido testigo de múltiples milagros y puede dar fe de la intercesión de la Virgen de los Ángeles.
“La Virgen es una gran intercesora, lo vemos desde las bodas de Caná, donde le pide a Jesús que actúe ya que se terminó el vino. Jesús le responde: 'Mi hora no ha llegado, mi hora está cerca´, pero María solo dice: ´Hagan lo que Él les diga´. Es una intercesión inmediata”, comentó el sacerdote.
En ese momento se da la conversión del agua en el mejor vino, un signo bíblico.
En este pasaje queda demostrado ese poder de mediar que tiene la madre de Dios.
De primera mano
Abarca ha sido testigo director de la mano divina en personas que habían sido desahuciadas por los médicos.
“En Cartago, en el año 81, me llamaron para decirme que le impusiera los santos óleos a una señora que estaba muy mal. Llegué a ungirla y les dije a los familiares que oraran por ella y por la intercesión de Nuestra Señora de los Ángeles. La reacción de algunos fue: ¿qué puede hacer la Virgen? Y hasta me dijeron que me esperara para que les diera consuelo una vez que partiera al cielo. Pero en ese momento la mujer tuvo una reacción y a los días la vi en la misa otra vez”, contó el sacerdote.
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“A las personas no creyentes solo les digo que respeten, pero les recuerdo que se han escrito muchos textos que confirman que las posibilidades de sanarse de una personas se incrementan enormemente si se ora por ella”, comentó.