“Mi esposo tenía un gran sueño, poder bailar el vals con nuestra hija mayor en la fiestita de 15 años que le haríamos. No lo logró, Dios se lo llevó dos años antes y eso me tiene destrozada”.

Con tremendo dolor doña Evelyn Navarro, de 31 años, esposa de don Luis Durán nos confesó que el golpe de la muerte de su marido, el pasado lunes 5 de junio, la tiene en un estado que no se cree lo que pasó.

La pareja la conocimos el pasado 8 de mayo cuando se casó en un pasillo del Hospital Calderón Guardia, donde él estaba internado batallando contra un cáncer gástrico.

Doctores, personal administrativos y enfermeros corrieron y movieron cielo y tierra para lograr que el amor triunfara y se pudieran dar el “sí, acepto” a pesar del internamiento de él.

Entre los dos tienen cinco hijos, la mayor es Melody, quien tiene 12 y el 26 de julio cumple años. Ella tiene parálisis cerebral infantil. Le siguen Tomy, de 10 años; Mía, de 6 y los menores son Andy, de 5 años y Thiago, de 2. Los dos últimos están en valoración por posible autismo.

“Cuando estaba internado siempre me decía que ese vals con Melody era su gran ilusión, que lucharía con todas sus fuerzas para lograr ese sueño y lograr sacar adelante a la familia”, recuerda doña Evelyn.

Además del profundo dolor que hay en el hogar, ella tienen una enorme preocupación porque don Luis era el principal ingreso de la casa, ya que trabajaba por las noches como salonero. Por las mañanas llegaba a la casa a seguirla pulseando con un emprendimiento que tenía junto con doña Evelyn.

“Era imposible para nosotros poder pagar el cuido de cinco hijos, por eso decidimos emprender. Con una impresora pequeñita que tenemos hacemos artículos para fiestas, diseñábamos las cajitas, las piñatas, banderines. Es todo muy sencillito, muy manual, pero hecho con mucho amor.

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“Soñaba también con que el negocito (se llama Creaciones Eve) pegara para darle un mejor futuro a su familia. Era muy trabajador, muy alegre, muy social, por eso amaba su trabajo como salonero, le encantaba compartir con la gente. Él tenía su título de salonero profesional”, reconoce la esposa a quien usted puede ayudarle económicamente al SINPE MÓVIL 7091-4530.

Además del vals, a don Luis le quedaron varios sueños más por cumplir: una casita para su familia, por eso trabajaba de día y de noche, y volver a tener una motocicleta, ya que la que tenía la tuvo que vender para, con esa platica, alquilar una casa en mejores condiciones para Melody que usa silla de ruedas.

Falta la misa

Esta familia es coronadeña y don Luis le pidió a su esposa que si fallecía lo cremaran y que no quería vela con mucha gente, sino solo los más cercanos.

Además, pidió el favor de cumplirle un anhelo de una tía de hacerle la misa antes de pasar al cementerio en la parroquia San Isidro Labrador de Coronado centro. Esa misa se realizará hasta el próximo domingo 11 de junio, a las 2 p. m.

Al esposo lo internaron en el Calderón Guardia el pasado 13 de abril, la boda fue el 8 de mayo, le dieron la salida el 23 de mayo y falleció a las 12:02 de la madrugada del 4 de junio.

La pareja se conoció cuando trabajaban en un supermercado. Él ya tenía a Melody, ella a Tomy. El tiempo los separó unos años y después los volvió a juntar.

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Recuerda la esposa que cuando a don Luis lo internaron, ya con la confirmación del cáncer, ella fue quien se arrodilló en la camilla donde estaba acostado él y le pidió matrimonio. A partir de ahí Dios, comenta ella, los comenzó a llenar de bendiciones.

Bendiciones

No habían pasado ni 24 horas de que se comprometieron y una amiga de la familia les confirmó que un abogado los casaría y que no se preocuparan por la plata.

Un día antes de la boda, a la casa de doña Evelyn llegaron tres vestidos de novia, otra persona regaló los anillos y por allá se unieron varios para regalarles las flores.

Se dio una muy linda “Diosidad”, justo el pasado 8 de mayo, resulta que Melody tenía cita en el Hospital de Niños, así que pudo estar presente en la boda.

El video de esa boda se posteó minutos después del “sí, acepto”, en el Facebook de “Los Camilleros”, un espacio creado, explican ellos mismos, por los trabajadores del área de salud del país.

“Nosotros participamos en hacer pública la boda, mas la organización fue por parte del personal del Calderón Guardia en ese momento en la mañana y de amigos cercanos de la pareja, de ellos es el crédito por organizar todo. Fue un esfuerzo de muchos y de gran trabajo”, nos explicaron Los Camilleros.