Las presiones de diferentes sectores causaron efecto. Ottón Solís presentó al presidente de la República, Carlos Alvarado, y al Consejo de Gobierno, su renuncia irrevocable a su designación como embajador y representante permanente ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En una extensa carta, Solís da los motivos que lo llevaron a presentar esa renuncia. Lo primero, asegura que es mentira que él se opuso al ingreso del país a la OCDE, aclara que se opuso a dos puntos en específico, que los sostuvo, pero que celebró con euforia cuando Tiquicia confirmó su incorporación.
De acuerdo a la explicación dada por Solís, lo que más le golpeó y afectó para tomar la decisión de renunciar al puesto en la OCDE, fue saber que varios diputados advirtieron que bloquearían la agenda en la Asamblea Legislativa, pues él considera que hay varios proyectos de ley que al país le urge aprobar.
“Bloquear la aprobación de leyes, ni siquiera por el contenido de las mismas sino para forzar al gobierno a modificar decisiones que constitucionalmente le corresponden, es peor que bloquear vías públicas como herramienta de presión para evitar que el Gobierno y la Asamblea Legislativa avancen con esas mismas leyes.
“Es peor porque los diputados juraron respetar la Constitución al asumir el cargo, lo cual no es el caso de los dirigentes de Rescate Nacional y porque el bloqueo de una carretera afecta únicamente a las personas y empresas que transitan por esa ruta, mientras que el bloqueo del avance de esas leyes en la Asamblea Legislativa afecta a todo el país y por muchas décadas hacia el futuro”, explica.
Y cerró la renuncia tirándoles una chinita a los diputados para que se pongan a trabajar en lo que realmente es urgente y aprueben los proyectos de ley que le hacen bien al país.