Ha sido demasiada la tolerancia con los antivacunas.
Antes de los violentos hechos y malacrianzas de este miércoles, en el hospital San Vicente de Paul, en Heredia, este grupo el 15 de octubre del 2021 había invadido las instalaciones del Ministerio de Salud.
El pasado 10 de diciembre se dieron gusto insultando a una joven periodista de Multimedios que llegó a cubrir una de sus manifestaciones frente a Casa Presidencial, en Zapote.
Ya es suficiente. El trabajo de la Fuerza Pública en el hospital florense debe ser respaldado con la aplicación de mano dura en los tribunales.
La Caja del Seguro debe ser intensa en la recopilación y presentación de pruebas sobre las malacrianzas y el riesgo en que estuvieron pacientes, guardas y funcionarios de la Salud.
En este país libre y democrático todos pueden defender sus puntos de vista, por más descabellados que sean, como ignorar la pandemia, pero sin imponer sus creencias a la brava. Allá los ignorantes que caigan en sus teorías conspiradoras.
Marco Antonio Morales Albertazzi, reconocido antivacunas, aseguró que este jueves irían a la sede de la Sala Cuarta, en la Sabana, para oponerse a la vacunación de niños contra el covid y amenazó que “si tenemos que ir casa por casa a visitar a los magistrados” así lo harán.
Al menos él no pudo asistir porque esta madrugada fue detenido por liderar el violento grupo que les gritaba a los funcionarios hospitalarios: “Entiendan, señores funcionarios públicos, ¡sus salarios se los pagamos nosotros y ustedes nos rinden cuentas a nosotros!”
Es hora de que ustedes bochincheros rindan cuentas a los costarricenses en los tribunales de Justicia.