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La buena noticia para el alcalde de Chepe, Johnny Araya, es que con la nueva suspensión de 25 días, del martes 12 de julio al 5 de agosto, se garantizará un recibimiento apoteósico de sus fieles servidores.
La bienvenida del martes 24 de mayo, tras seis meses fuera por el caso Diamante, la verdad que pudo estar mejor. En ese detallazo se lucieron más los empleados de la Muni de Alajuela quienes al alcalde Humberto Soto, investigado en la misma bronca, hasta le llevaron mariachi.
Un bolado que les pasamos a los fieles compañeros de Araya, con muchos de los cuales lleva al menos dos décadas, es que este nuevo recibimiento al ser por partida doble debería ser con bombetas doble trueno.
Recordemos que después del semestre lejos de la alcaldía por el caso Diamante, le cayó otra sanción de 30 días por un pago sin “fundamento técnico” de un piquillo de ¢253 millones en el 2018 a la empresa española Setex Aparki, encargada de los parquímetros. Esta pena rige desde el pasado 6 de junio hasta el 5 de julio.
Al terminar esta deberá enfrentar la nueva tarjeta roja, sin goce de salario, impuesta por la Contraloría General de la República (CGR). La nueva restricción obedece a que, en junio del año pasado, la Contraloría resolvió sancionarlo como “responsable administrativamente en grado de culpa grave” por la inscripción de un chuzo para uso discrecional, lo que no correspondía.
Si los empleados se ponen las pilas deberían recibirlo con un turno, así podrán recaudar alguna platita para colaborarle al eterno alcalde, (27 años en el puesto), enemigo de la ley que busca impedir la reelección, para que se ayude por tantos meses sin recibr ni una tejita de sueldito.
