Favor no ser mal pensados.
Mi objetivo sincero es darle las gracias al Aumentador general, Roberto Jiménez Gómez, quien en mayo dejará el sacrificado y desgastante cargo en el que ni siquiera pudo tener vacaciones.
Aunque fuera solo para estar dándonos por la jupa, el hombre siempre estuvo de sol a sol, lo que llaman 24/7, y por lo tanto reclamará ¢18,5 millones por acumular, al parecer durante tres años, 67 días de vacaciones.
Mientras muchos de nosotros disfrutamos y pachangueamos en épocas navideñas el hombre estuvo ahí, pegado al puesto, velando por las tarifas.
Tampoco vacacionó en Semana Santa, y hasta pecó porque estuvo de guardia en Viernes Santo.
Mientras muchos se bronceaban en la playa o relajaban en la montaña, él estaba como cubito de pollo para que no se le escapara ningún aumento.
Y aunque la institución tiene a Xinia Herrera Durán como reguladora general adjunta quien puede sustituirlo temporalmente, Roberto Jiménez se mantuvo al frente, dando el ejemplo.
Lo primero que le recomiendo, para que pueda disfrutar esa platilla, es ir al doctor a ver como está de colesterol y triglicéridos, porque debe tenerlos hasta el tope. También debe chequearse la presión y el azúcar porque debido al estrés permanente, sin un solo día de vacaciones, debe estar aceleraditico.
Tenga mucho cuidado cuando deje el puesto, busque alguito que hacer, porque la descompresión al pasar a un ritmo de trabajo más relax puede ser fatal. Los ciclistas de alto rendimiento, después de una ardua etapa, se quedan pedaleando en una bici estacionaria para bajar la revoluciones.
Tenga mucho cuidado y gracias.