A Dios rogando y con el mazo dando, o lo podríamos adaptar con el arma apuntando. Esta fue la reacción del sacerdote Marcos Morales, de Sardinal de Carrillo, contra Jonathan Canales Gallo, quien en enero intentó matar a su excompañera sentimental en esa comunidad guanacasteca y este miércoles 30 de junio fue condenado a 30 años de prisión.
Incluso Canales, muy desviado de los caminos del Señor,enfrentó una causa por robo agravado.
El sentenciado intentó arrancarle la vida a la mujer con un machete, luego se escondió en la casa cural donde fue sorprendido por el religioso quien le tuvo que disparar varias veces como advertencia para que se sosegara hasta que llegó la policía.
Valientes acciones como estas envían contundentes mensajes a los fieles, urgidos de ayuda espiritual pero también necesitados de líderes fuertes, que estén codo a codo con ellos, que sientan una Iglesia viva en estos momentos tan difíciles y de esa forma la institución religiosa pueda reactivarse y volver a conquistar seguidores.
La cantidad de católicos disminuyó entre el 2019 y el 2021, y en contraste, en ese período aumentaron los ateos y los sin religión. Una encuesta de la Universidad de Costa Rica revela que, por primera vez en nuestra historia, menos del 50% de los ticos son católicos.
Según la investigación, en el 2019 el 50% de los encuestados aseguraron ser católicos, y para este 2021 el número bajó a 47,5%, mientras al otro lado de la acera nos encontramos que las personas que aseguraron no tener religión (ateos, agnósticos y deístas) pasaron de 19,9% al 27%. Urgen liderazgo y fe.