“Con base en la información disponible, no es posible recomendar, desde el punto de vista técnico, eliminar la obligatoriedad de la vacunación”, enfatizó la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE).
La afirmación responde a las preguntas del Poder Ejecutivo sobre los criterios técnicos y científicos utilizados para justificar la exigencia de la dosis contra el covid-19 de niños y adolescentes de entre 5 y 17 años, trabajadores de la salud y empleados públicos.
La ministra de Salud, Joselyn Chacón, pidió a la Comisión reconsiderar la obligatoriedad de la vacunación con un argumento fácilmente desechado por los que saben.
Según la funcionaria, la eliminación de la punzada de alguna forma generaría más confianza y aumentaría la cobertura de la vacunación.¡Santo Dios!
La CNVE simplemente señaló que la ministra “no presentó ningún respaldo” para esa afirmación. Luego, ofreció abundantes argumentos en contrario, incluidos datos sobre el aumento de los vacunados a partir de la obligatoriedad, cuya declaratoria y derogación son potestades, por ley, de la CNVE.
El mejor argumento hallado por la ministra fue creer en la capacidad de la medida para generar confianza e impulsar a los escépticos a vacunarse. No hay datos para fundamentar la ocurrencia.
También se confirma la oposición de la ministra a la obligatoriedad de la vacunación, no importa el criterio de los expertos ni la gran mayoría de sus colegas. Lo peor, la funcionaria, en virtud de su cargo, encabeza la Comisión, con cuyos miembros está en desacuerdo.
¿Reconsiderará el Poder Ejecutivo ese decreto habiendo recibido ya la respuesta técnica?
No lo creo. Ya Chacón, cuestionó el informe emitido por la CNVE. Urge dosis de ubicatex.