Lo que corría por sus venas con toda la pasión era la música, pero su talento lo complementó con el periodismo.
Proyectos, ideas, sobre todo en el área artística, le sobraban y una de sus últimas composiciones se llamó Pan de Miedo, así tituló Oswaldo Alvarado un tema musical motivado por la pandemia de covid-19, virus que le quitó la vida.
Un gran vacío dejó en la sala de redacción de Multimedios, el mismo vacío que ya había dejado en Repretel, Telenoticias y La Teja, porque por donde pasaba dejaba huella con su carisma, con su alma llevadera, con su guitarra, porque era un Oso “abrazable”, como lo define una redactora de este periódico.
Su muerte este domingo nos tiene en shock. Si solo supiéramos que el inesperado adiós, a sus 51 años, del líder del grupo humorístico Octavo sirviera para que los ticos irresponsables entendieran el difícil momento que atravesamos, si se pararan las fiestas, las reuniones ilegales, y eso ayudara a bajar la ocupación de camas en cuidados intensivos de pacientes contagiaddos, pues algún consuelo podríamos tener.
Sin embargo, desgraciadamente esos malos costarricenses seguirán violando todas las medidas sanitarias tras catorce meses de pandemia, seguirán montando marchas o manifestaciones en las calles, o rechazando las vacunas.
En las salas de redacción lloramos la partida de Oswaldo, también hay una familia que llora la inesperada muerte de Mario Segura Calderón, de 66 años, y su mamá Grace Calderón Meneses, de 95, quienes fallecieron el viernes con solo 14 horas de diferencia a causa del covid.
Ellos se suman a los más de tres mil hogares de luto...paremos esta deshumanización.