El padre Jorge Pacheco Romero, de 52 años, tristemente se convirtió en el primer sacerdote doblegado por el covid-19. Su fallecimiento fue anunciado este domingo.
La noticia lógicamente que nos impacta a todos, y es otra dura lección de que el coronavirus no respeta a nadie. Para machacar este lunes, en la habitual conferencia de prensa sobre actualización de la pandemia, se informó de la muerte de la paciente más joven víctima del coronavirus, una muchacha de 19 años.
Por eso, a una semana de que haya una reapertura mayor tan necesaria para reactivar la maltratada actividad económica, debemos ser sumamente responsables de aplicar a rajatabla todas las instrucciones del ministerio de Salud en cuanto a nuestros cuidados. Los locales que abran deben ofrecerles a sus clientes la máxima seguridad sanitaria.
Esto no se negocia, como también es innegociable nuestra democracia, a la cual distintas cabezas calientes quieren debilitar aprovechando la pandemia para llevar agua, de forma irresponsable, a sus oscuros molinos electorales.
El virus de mentiras que se esparcen por redes sociales, más las peligrosas señales que nos llegan del exterior, como el movimiento “antimascarillas” en Alemania contra las restricciones impuestas debido a la pandemia, son muy dañinos
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, fue muy claro: el “ataque insoportable al corazón de nuestra democracia”. A esta virulencia los ticos tampoco somos inmunes.