Los años ochenta del siglo pasado fueron terribles para varios países de América Central. Los enfrentamientos entre las guerrillas y los ejércitos eran algo de todos los días. La excepciones fueron Costa Rica y Honduras, que vieron cómo miles de refugiados de las demás naciones buscan protección en su suelo.
En aquella década, y antes, la entonces Unión Soviética y los Estados Unidos veían esta parte del continente como un área clave sobre la cual debían tener dominio. El canal de Panamá, una ruta esencial para el comercio, era (y es) un objetivo estratégico para los intereses de ambos gobiernos.
La desintegración de la URSS cambió el escenario y dejó a EE. UU. como única potencia mundial con influencia fuerte en Centroamérica; sin embargo, Rusia no se ha olvidado de la importancia de este zona del planeta y ha encontrado aliados en el continente que, cuando menos, le sirven para tratar de ejercer algo de presión sobre Estados Unidos; hablamos del caso de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En el caso del segundo país llama la atención que recientemente, el Parlamento (controlado por Daniel Ortega) aprobó la llegada de tropas rusas a suelo nicaragüense. No se trata de algo nuevo, eso viene ocurriendo desde hace años, la novedad tiene que ver con el momento en el que ocurre.
“Lo extraordinario en esta ocasión es el contexto en el que se hace la autorización (sobre todo por la invasión rusa a Ucrania)”, explica Elvira Cuadra, socióloga nicaragüense, investigadora y experta en seguridad que vive en Costa Rica.
Efectivamente, tropas rusas han llegado con regularidad al país vecino y Cuadra recuerda “el propio Vladimir Putín, presidente ruso, aterrizó en Managua por unas cuantas horas y hasta el día de hoy no se sabe qué llegó a hacer”.
La invasión de Rusia a Ucrania y las atrocidades cometidas en aquel país independiente pone el arribo de las tropas en un escenario distinto y no podemos olvidar, también en palabras de Elvira Cuadra, “Rusia siempre ha querido tener un pie de influencia en el Caribe”, o sea, cerca de los Estados Unidos.
¿Qué busca Daniel Ortega con ese acercamiento? Primero, sin duda, molestar a EE. UU. porque, según la socióloga, es poco lo que en dinero puede obtener su gobierno. “Lo que busca (Ortega), y puede conseguir, es simplemente respaldo político porque en términos económicos no ha obtenido, y es difícil que lo haga, más plata de Rusia”.
Vladimir Putin no ha logrado digerir aún que Rusia no es ya la potencia mundial que fue e insiste en tratar de mantener como aliados en América a gobiernos antidemocráticos y represores.
Sin embargo, que la realidad sea esa no evita que un país desarmado como Costa Rica vea con preocupación algo que en Estados Unidos ven como una provocación. Nuestro gobierno debe estar muy atento a lo que está ocurriendo en Nicaragua.
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