Nacional

OPINIÓN: La señora de Hacienda se ganó mis respetos

Ofrezco mis disculpas a los trabajadores esmerados, del sector público, que calladitos y con amor hacen sus tareas y quienes generalmente son opacados por los ruidosos y mediocres.

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Una diligente recepcionista me devolvió la fe en los funcionarios públicos. Foto: Rafael Pacheco (Rafael Pacheco Granados)

Me urgía hacer una consulta en la dirección jurídica del Ministerio de Hacienda, marqué el número al que otras veces he llamado pero recibía una respuesta automática que decía: “el número marcado no existe”.

Volvía a marcar para ver si lo había hecho mal y me salía la misma respuesta. No entendía qué podía estar pasando, me metí a la página de internet de Hacienda para ver si había alguna explicación sobre una avería o mantenimiento de la red telefónica, pero nada.

Pero existen los milagros. Volví a marcar de nuevo, despacito, cerciorándome de que cada dígito que estripaba era el correcto y me equivoqué sin querer queriendo. En vez de presionar un 9 estripé un 8, y me contestaron. Era una recepcionista de algún departamento de ese ministerio quien me atendió muy amable. Doble milagro pensé, porque vivo prejuiciado con los funcionarios públicos.

Con la atenta trabajadora me desahogué y le conté toda la historia. Seguidamente me pidió mi número telefónico, al ratito me llamó y me dijo que a ella tampoco le respondían pero les había mandado un correo.

Aproximadamente una hora después me volvió a llamar y me dijo que el número con el que necesitaba comunicarme ya estaba funcionando. Dicho y hecho, llamé e hice las consultas.

Doña Mayra Villalobos muchas gracias por su amabilidad, y más importante aún, gracias por devolverme la confianza en los empleados públicos diligentes. Por medio de doña Mayra quiero ofrecer mis disculpas a todos esos trabajadores esmerados que con amor hacen sus tareas siempre en silencio, y quienes son la mayoría, pero se ven opacados por esos empleados ruidosos y mediocres llamados sindicalistas.

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