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Mañana será la famosa Noche de Brujas en EE.UU., en Costa Rica para intentar contrarrestar la celebración de Halloween, el Ministerio de Cultura estableció el Día Nacional de la Mascarada, como para hacer los sustos más criollos.
Sin embargo, el 31 de octubre como una fecha de espanto se queda corta por una razón muy sencilla, los ticos desde que nacemos andamos de susto en susto.
La Selección de Fútbol es un horror, en la Federación hasta entrenan para que merecidamente la llamen la Casa de los Sustos.
Aresep nos tiene al borde del infarto, primero rebaja una limosna el pasaje de los buses, luego el Aumentador General, Roberto Jiménez, entra en pánico cuando los autobuseros le golpean la mesa, y vuelve a subir las tarifas. Y con el gas para cocinar nos tienen el bolsillo a punto de explotar. El asunto da miedo.
Pero hay más, el taco que nos pegó Lanamme con el informe de la nueva rotonda del Bicentenario, la de Guada, llena de irregularidades.
Ni qué decir de la lamentable y desastrosa plaga de Cochinilla que ha devorado, durante años, carreteras y presupuestos.
Y para ponerle la cereza al pastel en esta cadena de terror, está la cantidad de embrujados, no sabemos con qué tipo de hechizo, que se creen presidenciables.
Y a este espanto electoral hay que sumar la triste decisión del presidente del TSE, Luis Antonio Sobrado, de renunciar al puesto por el horror de su cuñada, Ana Lupita Mora, de aspirar a la vicepresidencia del país haciendo yunta con Rolando Araya. Apenas para ilustrar la leyenda de la carreta sin bueyes.
Un exorcismo marca diablo es lo que requiere este país.
