Este 2021, más de 77 mil chunches comenzaron el año sin tener revisión con los riesgos que eso implica, por eso, cobra vital importancia tener presente que en julio del 2022 vence el contrato de la empresa tico-española Riteve SyC.
Es necesario hacer una nueva licitación, el tiempo corre, pero es importante recordar que la revisión técnica fue creada por razones de seguridad, salud pública y defensa del ambiente. Eso no se negocia.
El debate sobre el futuro podría llegar a conclusiones erróneas si no toma en cuenta las metidas de pata del pasado.
La Comisión de Asuntos Jurídicos de la Asamblea dictaminó afirmativamente un proyecto de ley para dar concesiones de diez años, prorrogables por diez más, sobre las estaciones de revisión que dejará Riteve cuando jale. Trece estaciones fijas y 4 móviles pasarán a manos del Estado.
El proyecto de ley aumenta el número de participantes en el “bisnes”, pero no por eso fomenta la competencia y la calidad, porque pretende una tarifa única para todo el país. También, crea un fondo para la educación técnica con el 20 % de las ganancias, lo cual encarecerá el servicio o desanimará a muchos a participar.
La competencia es necesaria en todos los ámbitos de la vida; sin embargo, no se logra con solo aumentar la cantidad de participantes.
Antes de Riteve, en 1997, unos 80 talleres hacían la revisión pero los chorizos y las malas inspecciones eran lo usual.
Por eso, el diseño del futuro debe guiarse por lo dicho por Daniel Cohen, de la Asociación Automóvil Club de Costa Rica: “Un buen servicio depende de la calidad de quien lo brinde, por lo que la escogencia es crítica. También, es importante un buen control sobre el adjudicatario o los adjudicatarios”.