El desaparecido humorista cubano, Leopoldo Fernández, con su famoso personaje Tres Patines en uno de sus divertidos programas dijo que para comenzar bien el día lo primero que hacía era abrir el periódico, en la sección de obituarios, para confirmar que no estaba en la lista de difuntos.
Y ese viejo chiste, de forma insólita, cobró vida. Su protagonista resultó ser, sin querer queriendo, Lilliam Mora Aguilar, quien se está estrenando al frente de la Dirección de Gestión y Evaluación de la Calidad (DGEC), responsable de las pruebas FARO.
A Mora Aguilar, con full esquela, el MEP la dio por fallecida este martes. A sus más de 80 mil funcionarios les llegó el correo con la sorpresiva noticia.
“La Dirección de Recursos Humanos lamenta profundamente el fallecimiento de nuestra compañera Lilliam Mayela Mora Aguilar, quien laboró en la Dirección de Gestión y Evaluación de la Calidad. Elevamos plegarias para el eterno descanso de su alma y expresamos nuestras más sentidas condolencias, consuelo y fortaleza en los corazones de sus familiares y compañeros”, decía la esquela.
Mora salió a desmentir el comunicado. “No he muerto, estoy viva, gracias a todos por su preocupación”, escribió en Facebook.
Sin embargo, esa horrenda pifia no es casualidad.
Recordemos el lamentable 12 de noviembre, cuando 70.000 escolares fueron sometidos al desgastante “interrogatorio” Factores Asociados, de las pruebas FARO, en el que les sacaron, de forma ilegal, información privada.
No olvidemos tampoco la publicación de un texto erótico de la novela El Rey de La Habana, en la revista Conexiones, del MEP, dirigida a “docentes, estudiantes y familia”.
En el MEP están como muertos.