“No solo es vergonzoso, sino estúpido”. Así se mandó la expresidenta Laura Chinchilla (2010-2014) contra el apoyo de Nicaragua, Venezuela y Cuba a la decisión del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de invadir Ucrania.
“Dan carta blanca a que una potencia regional invada militarmente a su antojo para cambiar un gobierno. Conjuran un tenebroso pasado de nuestra región del que solo pueden salir derrotados”, agregó Chinchilla en Twitter.
Aplaudo la reacción de doña Laura, pero qué se podía esperar de títeres ignorantes como el dictador Daniel Ortega, o del desubicado Nicolás Maduro. Y la posición de Cuba es la de siempre, con Fidel Castro o con el “presidente” Miguel Díaz-Canel quien no deja de ser un gorila militar con el verde oliva por dentro.
Maduro dio el martes su “fuerte apoyo” a Putin, durante una llamada telefónica.
“Nicolás Maduro expresó su fuerte apoyo a las acciones clave de Rusia, condenando la actividad desestabilizadora de los Estados Unidos y la OTAN, y enfatizando la importancia de combatir la campaña de mentiras y desinformación lanzada por los países occidentales”, dice la declaración.
Todo un mensaje de este “preclaro estadista”, que contrasta con la actitud de más de 100 diplomáticos, de unos 40 países, que boicotearon el martes el discurso del ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Obviamente, el representante venezolano estuvo entre los que se quedaron sentados escuchanado las justificaciones de la cobarde invasión.
La estrecha relación de Nicaragua, Venezuela y Cuba con Rusia son un peligro para el patio trasero de Estados Unidos. Avisados estamos.