Mis mejores vibras para don Rodrigo Arias Sánchez como presidente del nuevo directorio legislativo, que como hecho simbólico empezó a bretear en domingo, porque no hay tiempo que perder.
Mis felicitaciones para el resto del equipo que tomó las riendas del Primer Poder de la República y para el resto diputados que como escobas nuevas esperamos que barran bien, pero no solo en las primeras de tanteo, sino a lo largo de estos cuatro años.
Dios ilumine a los 57 legisladores, ojalá se pongan la camiseta, se pongan la roja, porque aquí se está jugando el futuro del país que está por encima de sus partidos.
Me alegra que don Rodrigo sea el primer capitán de ese barco. Sus 75 años y su gran experiencia son vitales en estos momentos en que aún batallamos contra la crisis causada por la pandemia y la asfixia económica que nos llega desde Europa por la guerra fabricada por Putin.
Esta es la segunda vez que don Rodrigo asume como diputado, en 1986 ocupó una curul durante solo ocho días porque asumió como Ministro de la Presidencia en el gobierno de su hermano.
Y esa escuela que tuvo, al ser enlace entre la Asamblea y Casa Presidencial, su diplomacia, su capacidad negociadora serán fundamentales para las relaciones con el gobierno de Rodrigo Chaves.
“Fueron ocho días muy provechosos porque en ese momento habíamos salido de una campaña muy dura”, recordó don Rodrigo.
Y 36 años después, luego de una campaña muy dura y decepcionante, y con un país urgido de soluciones, le tocará al espueludo político apelar a toda su capacidad para ayudar a enrumbar a este país, en medio de aguas muy agitadas, hacia un puerto seguro.