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Varios peinados pa’ tras de cacicazo con limón tendrán que mandarse las autoridades de Hacienda, para salvar a la Fábrica Nacional de Licores embriagada de deudas.
FANAL, productora del famoso guaro Cacique, es un chorro abierto de millones de colones que urge cerrar.
¢63 mil millones debe FANAL. Y duele que una marca muy tica, como Cacique, esté con las plumas paradas.
Las experiencias del Estado jugando de empresario pudieron funcionar allá por los años 70 del siglo pasado, pero esta fórmula colapsó hace rato.
Fertica y Codesa murieron, y aún nos queda ese monstruo que no refina nada, más que gastos, como lo es Recope, además de FANAL.
Cuando empresas como estas son de todos, pero a la vez no son de nadie, independientemente de que haya ganancias o no, a todos los funcionarios siempre les llega el salario porque lo pagamos todos los costarricenses, así que poco importa que las deudas se convierten en bolas de nieve porque nunca hay responsables de una mala gestión.
El Consejo Nacional de Producción (CNP), que tutela a FANAL, es el que debe a velar por su rentabilidad, pero a pesar de los ajustes que han hecho y las mejoras que han tenido las ventas, con un incremento del 14% durante el 2019, los números no son suficientes ante las enormes deudas.
Venderla es una buena alternativa, aunque no faltarán los nostálgicos que brincarán porque el guaro Cacique pase a manos privadas.
Y pregunto, qué lógica tiene que, por un lado el Estado venda guaro, y por otro gaste millones de colones en atender a los lesionados en accidentes en carretera ocasionados por choferes borrachos.
